EL BRINDIS…

Brindo por ese día nostálgico que nos hizo sentir vulnerables, que nos abrieron los ojos para valorar lo que dábamos por sentado.

Brindo por todos aquellos que han tenido el valor de aceptar que están “quebrados, caídos…” por tener el coraje de poner una pausa a ese mundo que cada vez gira más de prisa…

Brindo por aquellos que tuvieron el valor no sólo de detenerse, sino que en su vulnerabilidad pudieron contárselo a alguien, salud por aquellos que lo hicieron con lágrimas en los ojos y se sorprendieron de ese diálogo con ese amigo, con esa hermana que entendió todo cuando no creíamos… con nuestros propios padres, a quien tememos defraudar…

Brindo porque esos días estoy segura que te diste cuenta de que no estas solo. Brindo porque descubriste que en la vida se comparten las cosas buenas y las cosas no tan buenas.

Levanto mi copa por los que gritan lo que sienten de las formas que puedan, creativamente por Twitter, por Facebook, por aquellos que se ponen a pintar, por los directores de cine que en su tristeza encuentran la inspiración, por los que cuando están cansados, tristes, estresados, agobiados, desesperados, abatidos, preocupados, no se quedan a explotar solos como palomitas de maíz y abren la puerta de su cuarto y conversan con el prójimo. Brindo porque no subestiman al otro, porque aceptan sentir el deseo de ser escuchados y tienen el valor de levantar la mano y decir “estoy triste”.

Salud por aquellas personas que no ignoran ni subestiman a otro ser humano como para creerlo incapaz de entender la situación que vivimos, sino al contrario, abren su corazón y poniendo las cartas en la mesa confían en que el otro tratará su problema con la delicadeza que requiere y se dejan tocar por el otro. Salud por ellos y por los que les toca ser ese otro que hacen del otro su tristeza y ayudan en la medida que pueden o al menos deciden “estar ahí”, escuchar.

Me he dado cuenta con el paso a pacito de los años que eso está mal, no compartir las cosas malas para “no afectar” a los demás o para no andar de “malvibrosa” es un juicio propio que hacemos y que es totalmente falso. No ir a la comida famliar porque andas “aguitada”  puede resultar un pensamiento objetivo y sensato pero nunca sabrás, jamás sabrás si habiendo asistido aquella tía que subestimas y que crees que no comprende tus problemas juveniles te dará la dosis de algo que no sabías que necesitabas.

Igual con la pareja, puede sorprenderte…

Los amigos, la familia, hasta los vecinos están ahí para compartirlo todo, a veces puedes asombrarte de la vida cuando le cuentas a alguien algo y se da el tiempo para escucharte, para estar contigo y cuando escuchas también sus miedos y los dos son vulnerable se me figuran como dos huerfanitos en una canasta, o como dos gemelos prematuros en una incubadora solos pero abrazados.

Por eso brindo por compartir, por tener el valor de levantar la mano y decir que te sientes mal y necesitas ayuda. Vivimos en un mundo donde todo es una rutina y quien no se “acople” Bye! Y en el fondo todos podemos estar asustados y nadie aceptarlo.

Vivimos con la ideología del individualismo, del “nacimos solos y solos nos vamos a morir” nadie es cien por ciento independiente, y aunque pueda serlo, no creo que exista alguien en el mundo que no quiera o no necesite de los demás.

¡Somos un equipo! Y si no me equivoco mi amiga Mica – @FinalFeliz_Mb me dijo que hoy en Argentina es el día del amigo. J Así que ¡FELIZ DÍA A TODOS!

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