jueves, 19 de junio de 2014

LA ABUNDANCIA




¿Cómo es posible que no podamos 
sentirnos merecedores de lo más
 bonito que podamos imaginar?

A veces me pongo nerviosa cuando voy a contar algo muy personal y es que lo traigo así como tan a flor de piel que todavía ni lo digo y me siento ¿Cómo se dirá? ¿Nostálgica? A veces cuando escribo hago una catársis y descubrimientos mientras lo plasmo y no sé que vaya a salir de esto que hay adentrito pero no por mucho tiempo: Exteriorizando en cinco, cuatro, tres…

Les había dicho que mi viaje a Europa había sido muy revelador, en varias ocasiones les contaba que tenía escritos atorados en la garganta (misma que ya me quitaron ¡ja!) y no sabía como traducir los sentimientos así que tenía que procesarlos. La vida me estaba llenando de inspiración y sentía que se me escapaba de las manos pero no fue así, todo lo que viví es mío y ahora tuyo…

Al estar entre las callecitas de Edimburgo, caminando por el palacio de Versalles, entendí que el mundo estaba ahí para mí, descubrí que sólo era cuestión de que le abriera las puertas a la abundancia (y no niego agregar el montón de suerte que he tenido en el camino). En fin, veía como todo estaba de algún modo a mis pies y caminaba por lugares que tanta gente importante del pasado y del presente había recorrido. Y me comencé a sentir como cuando vivía en Nueva York: pequeñita e inmensa.

-       ¡Margaret! – Estaba con ella en el Palacio de Versalles y le dije - ¿No estás emocionada sintiendo todo lo que María Antonieta sintió? Seguro venía aquí con las cortesanas a platicar, seguro por aquí veía llegar a su esposo, seguro que todo… ¿No te das cuenta? ¡Esto es como un viaje en el tiempo! ¡Oigan! – Le hablé a los demás – Les quiero contar… - Y entonces el grupo se integró con Jacqueline y Jorge y volví a repetirlo emocionada, con todo el contentismo que no sentí nunca jamás. – Pobres, siempre tenían que oírme diez veces mientras yo platicaba como cuando una niña chiquita describe sus regalos de navidad. Y así fue que les conté la historia del huevo. (léela aquí).

Y mientras llegaron doscientos escritos a mi cabeza que no supe procesar… todavía. Recuerdo la vez que cenamos en la calle que subía en Edimburgo y paramos en un café a platicar, cada uno de los del viaje contó una situación, problema o traba en la vida y después algo que había aprendido en el viaje. Cuando tocó mi turno les dije que en mi cabeza no estaba imaginado estar aquí, que de algún modo sentía que no lo merecía, que este tipo de vivencias no estaban hechas para mí y que como ladrona estaba siendo testigo de algo indescriptible a mis ojos que me había acaparado de alguien o algo así. Que la vida para mí era diferente, era batallarle, era sufrir, era todo más difícil y no incluía estar al otro lado del mundo.

Que las niñas como yo estábamos diseñadas para aguantar mucho y convertirse en escritoras para narrar sobre lo que no podía tener y así poseerlo. Lloré, les dije que estaba agradecida que estos días veía la hora en Europa y eran las 11:11 y regalaba mis deseos porque no quería nada más. Que estaba disfrutando esto como señal de aprendizaje de que las cosas sí pueden pasarme (sí pueden pasarte), que estaba con este viaje haciendo lo que quiero que hagas: Abrirle las puertas a la abundancia.

Es impresionante pero ahora que entendí esto pude observar a mi alrededor y ver como cerramos las puertas a lo bueno y dejamos abiertas a las desgracias porque esas las conocemos mejor. Como una vez le dije por teléfono a una amiga cuando estaba conociendo a un niño que me gustaba y tenía “mello”:

-       Cherry es que me choca que cuando estoy en una zona de desgracia o pasando por una tristeza soy la mujer más productiva y saco los mejores escritos y hago rendir mis alegrías para que todo esté en orden y funciono bien, es triste pero funciono mejor en el mundo del dolor. Y cuando tengo todo lo que quiero, cuando todo lo bueno me está pasando, para empezar no me la creo, trato de justificármelo como si no lo mereciera y estuviera diciendo cosas buenas que he hecho para tratar de igualar el partido, y después entro en pánico porque no sé cómo comportarme dentro del mundo de la plenitud, del todo lo bueno me pasa, de todo puedo tener… espero la salida al final del camino porque hasta siento que no se puede ser tan feliz todo el tiempo y busco la posible zancadilla que me meterá la vida para prepararme. ¿No es esto una burla de vida? Sí, a veces tengo los pensamientos más negros y no todo lo veo bonito como a veces creen, a veces pienso que la zona de plenitud me aterra porque se siente un piso inseguro, es como si la felicidad fuera una montaña y al estar arriba tienes miedo de caer, y el dolor fuera un pozo y al menos sabes que no puedes estar más en el fondo…

Y esa es la historia de mi vida, una mujer que a penas le está perdiendo el miedo a la abundancia y del cual quiero que pruebes en este kilómetro. ¿Cómo es posible que no podamos sentirnos merecedores de lo más bonito que podamos imaginar? ¿Cómo es posible que hasta restrinjamos nuestra mente de pensar cosas tan increíbles para no emocionarnos de más? ¿Cómo es posible que la puerta de la abundancia esté cerrada? (Hablo por mí pero generalizo para no sentirme tan sola en esto).

No señor, no quiero eso para ti y no quiero eso para mí, abrámosla juntos. La abundancia también quiere entrar, la abundancia quiere que pienses que podrás tener lo que tanto quieres, que podrás hacer y deshacer con tu vida lo que te plazca y que saldrás triunfante o es que ¿Nos es más fácil pensar en fracasos para así estar preparados pero nunca pensamos que también para el éxito se requiere estar preparado y atento?

Así que como dijo Proyecto Uno te digo: Ponte atento. Es hora de tener el valor de estar preparados para triunfar. Claro, triunfar requiere mucha responsabilidad, mucha disciplina, mucho autocontrol, mucha demanda de nosotros para con la vida: ¿Qué voy a hacer con la abundancia? Ser abundantes reclama también ver por los demás, ser generoso para que volvamos a recibir más, la abundancia es una responsabilidad y a veces es más fácil estar en la zona del fracaso.

“Yo creo que esa niña no me va a hacer caso” y no luchas, “yo creo que a ese niño ni le gusto” y te comportas como si no te importara para rechazarlo primero. No señor, nosotros somos seres que tomamos una estrella cuando la vemos en el cielo. No tenemos miedo de ser custodios de nuestros bienes porque sabemos que después de todo sí los merecemos y que sí se puede tener un cielo en la Tierra.

Si tan sólo al leer esto intentas creerlo, o se te graba en tu mente la posibilidad, ya con esto me doy por satisfecha en este octavo kilómetro… pero como le abro la puerta a la abundancia creo más cosas, creo que no sólo lo tomarás en cuenta sino que tomarás cartas en el asunto de tu vida y harás algo porque así suceda, cierro mis ojos y me imagino en mi mente personas abriéndole la puerta a la abundancia, no es coincidencia que estés leyendo esto, yo creo que la abundancia toca la puerta de diferentes maneras diciéndote: Mira el lado bueno de la vida.

¿A qué le llamo abundancia? A tener consciencia de lo que sí tienes, a creer que sí puedes, a no tener miedo de hacer locuras porque los resultados de alguien que hace las cosas con pasión no pueden ser negativos, porque para crear maravillas hay que tomarnos de la mano de la posibilidad de sabernos capaces.

Ábrele la puerta, ya verás como se cuela la abundancia en tu vida, como las cosas no tienen que ser tan difíciles, sólo lo necesario, deja de aumentar el tamaño de los problemas y reduce tus miedos, la vida es más simple pero nuestra mente juega con nosotros porque venimos del dolor y el dolor cuando se recuerda nos paraliza.

Al contrario, la vida se trata de todo lo contrario, de caminar con cicatrices, de volver amar cada vez de una mejor manera, de abrir los brazos ante lo que venga porque somos capaces de hacer maravillas con la materia prima que tengamos enfrente.

Cuando esto pase sabrás el secreto de mi situación de vida: Yo hice del dolor una maravillosa historia y esa es la que comparto todos los días y abrazo esos días tirada en cama preguntándome de qué me servía la vida porque son esos días los que ahora me hacen saber que puedo conectarme contigo e invitarte a hacerte la vida más abundante. No sé, siento esa necesidad y si a caso logro mover algo en tu vida, o más bien lo haces tú a través de escucharme o leerme, yo ya gané y honramos juntos nuestros días tristes.

Deja que cada cosa tome su orden, el pasado está atrás, el futuro está muy adelante, camina en el ahora y descubrirás que ese ahora lo es todo.

No tengas miedo de volver a intentarlo, ten miedo de convertirte en un aragán que ya no cree en los finales felices. ¡Pero no te concentres en el final! El presente ya es feliz.

Dicen que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde, pero también es cierto que nadie sabe de lo que se estaba perdiendo hasta que lo encuentra...



NOTA:
Quiero confesarles por qué empecé el #MaratonDelDesamor todo empezó porque hice un escrito que se llamó "Mi primer grito de paz" y no lo leyeron mucho, cuando vi las estadísticas me entregaron puros escritos de sufrimiento a la cabeza y este que habla de abrirle la puerta a la plenitud y hacer todo diferente y mejor no hizo tanto "click" y me pregunté ¿Por qué? Y le dije a mi terapeuta ¿Qué hago? y me dijo: Crea algo para llevarlos a que ese escrito haga más sentido... y creo que con este maratón, si lo han leído desde el principio, se me figura que este escrito que les paso abajo hará un poco de más sentido, creo, no sé, no sé, yo sólo sé que no se nada pero se me figura.

Si quieres leerlo da click aquí.

3 comentarios:

  1. Siempre lloro de emoción cuando te leo,tus palabras se conectan con mi mente y mi corazón. Este maratón me está revolucionando el alma. Gracias Lucía :)

    ResponderEliminar
  2. Ay Lucía, no sé cómo explicarte la sonrisa que haz puesto en mi cara y en el corazón...es tan tan inspiradora tu misión y tu fidelidad y tu valentía para la misma... la verdad nunca me esperé el hermoso cierre de este escrito, para mí habla de un proceso personal de sanación tan hermoso, tan lleno de generosidad primero para tí misma y despuesito para nosotros tus lectores... y como es ya costumbre unas de tus palabras encajaron casi mágicamente en una experiencia que tuve hoy con las estrellas y mi niña... con mis 2 niñas...mi Valentina y yo... como siempre te mando mi <3

    ResponderEliminar
  3. Lucía eres una valiente, sé que la vida te seguirá llenando de abundancia porque lo que haces es increíble, compartiendo tus vivencias, tus logros y lo que has aprendido, llenas nuestra vida y en lo personal siempre justo lo que necesito, y de verdad me contagias ese amor por la vida, Gracias!!

    "nadie sabe de lo que se estaba perdiendo hasta que lo encuentra..."


    ResponderEliminar

Deja tu comentario, es lo más sabroso de escribir... :)