lunes, 16 de junio de 2014

VE POR TI




Del maratón del desamor, en el kilómetro cinco nos encontramos con nosotros mismos, el novio qué. Hay que voltear a ver lo que verdaderamente importa y lo que sí tenemos y no lo que se fue... con todo mi amor y valiéndome que me digan cursi porque lo tomo como un cumplido, les dejo este escrito que hice ayer bajo la lluviecita, pensando en todos ustedes, los quiero.


Dios, el amor, eso que a todos nos vuelve locos, alguna vez, o si no, no tiene caso. Hace que nada parezca absurdo, que todo sea una entrega y que aunque el final duela, la experiencia haya valido la alegría y no la pena.

Esa es la idea que tengo del amor, ese que no me dejaba dormir, ese que me hizo mejor persona, que me hizo reír... que me hizo ver el mundo diferente...

Dios, el amor, ¿Qué poder más grande existe? Una pizca de él lo es todo y un todo que se vuelve infinito en ese pequeño universo que se pudo llamar seis meses, un mes, una vida.

¿Qué pasa cuando te arrancan de las manos la magia del amor? Aquí viene la parte difícil... cuando tienes que entender que incluso eso no es más fuerte que la vida, porque la vida es la primera condición para amar y al estar vivos sigues teniendo el pase para hacerlo, sólo que de pronto no conoces ninguna otra manera...

Siento en mi teoría muy personal que todos los seres humanos estamos heridos, ninguno nos salvamos, o nos tocó vivir una muerte, o nuestros padres se divorciaron o nos faltó atención o nos sobró, el caso es que cortadas de la infancia se clavan en la adolescencia agregando los problemas típicos del puberto y terminando por ser unos niños pequeños que quieren correr a los brazos de su mamá porque se sienten tristes y quieren llorar. En pocas palabras, las heridas de la vida nos traen actitudes consecuentes, ya sea que recibimos poca atención y nos hicimos introvertidos y agresivos o tal vez nuestro papá nos dejó y no sabemos tanto de confianza o un y mil millones de combinaciones de historias personales con una huella de dolor.

Sumado la situación de personas heridas se nos atraviesa un hombre y queremos que cure todo, que haga las veces de los brazos de una mamá o en nuestra carencia de amor paternal, juramos que él va a suplir un papel tan sagrado como él. Eso o mil cosas revueltas en una licuadora sentimental. El caso es que, y lo digo porque yo también siento que era parte del club, creemos que el amor de pareja resolverá nuestras heridas del alma.

El amor, siento, es el primer paso para curarlas, claro, que bonito, a veces una pareja nos hace ver cosas que no veíamos y nos destapan mil y un mermeladas de traumas pequeños y grandes porque cuando dos almas se juntan y se exploran, encuentran muchas cosas.

La cosa aquí es que malamente abrazamos a la pareja como la única salida a nuestros problemas o el único antídoto evasivo a los mismos. No, la vida no va por ahí. 

Me pasó una vez, me tiré como gorda en tobogán a una relación creyendo que de algún modo era "mi salvador" y al nombrarlo así, uno se hace pequeñita y al sentir que él es la única fuente inagotable de bienestar, aceptamos cualquier condición con tal de beber de sus mágicas aguas...

Creo que muy pocos se han salvado de caer en este juego. Enamorarse no significa que nuestros problemas están resueltos y es por eso que cuando llega el desamor nos sentimos morir, sin aire, sin aliento alguno, sin ganas de vivir.

Es sumamente vital entender este punto porque si no lo hacemos no tiene caso nada. No hice el maratón del desamor para que puedan olvidarse de su ex y volver a enamorarse como solución a su vida. El objetivo de mis letras es dejar en claro que la primera relación que debes mantener es la que tienes contigo mismo, tu historia personal es tu responsabilidad y nada ni nadie te va a tratar esos problemas que hay en tu corazón y esas heridas que no has podido y tal vez ni querido enfrentar y pasas de un placebo a otro intentando no interiorizar y mejor dádole el poder a alguien más de hacernos sentir en bienestar.

No lo digo en plan de regañar, estoy hablando lo que me gustaría haber escuchado cuando estuve ahí. Y estoy hablando de que necesitamos atendernos, porque es una crueldad depositar esa responsabilidad en nuestra pareja, es una crueldad con nosotros mismos porque de nadie es la responsabilidad de que seas feliz. Ni de tus papás que intentaron amarte con locura, ni de tu creador y muchos menos de tu novio.

Volviendo al tema de las heridas personales, pasa mucho que transitamos la vida sin atenderlas, no hacemos pausa y seguimos manejando por donde nos lleve sin detenernos a limpiarnos la sangre que cae de nuestro corazón al suelo.
Basta que cierres los ojos o sigas aquí leyendo conmigo para que traigas las tuyas, esa etapa que no has olvidado, ese momento que te marcó para siempre, esa pérdida que todavía duele, ese todo que te convirtió en nada, dejándote vacía, buscando llenarte con cualquier cosa para no sentir ese dolor que quema. Y entiendo que utilicemos el método del enamoramiento como una cura inmediata a nuestros males pero después ¿Qué nos queda? ¿Suplicarle a la persona que está con nosotros que no nos deje nunca más? Lo único que está pegado a ti es tu cuerpo al alma y no será para siempre, todo nació para andar en libertad, pero eso al ser humano le aterra.

Nos gusta codepender, tener amigas que sabes que te necesitan, todo es como una estrategia de supervivencia porque al no ser unos sabios iluminados que no necesitan de nada y que dicen que la felicidad está dentro de nosotros, mandamos a la goma esa teoría y hacemos nuestros lazos de supervivencia.

Recuerdo cuando terminé con mi novio y me sentía fatal y comencé a ir a terapia. Me platicaban de desprenderme, del desapego, de la libertad, de que estamos solos y está bien, de muchas cosas de las que yo me burlaba y le decía a mis primas "Estoy en terapia para superar a mi ex pero no quiero y nunca seré un ser iluminado como Jesús o Buda". No me hacía "click" el mundo de libertad y de amor incondicional hacia mi persona que me decía mi terapeuta, yo en cambio, sólo quería que no me importara verlo con otra o que si me lo topaba no me diera un ataque de pánico.

Estaba concentrada en una cosa tan pequeñita. Ahora entiendo el dicho de la tormenta en el vaso de agua. En vez de concentrarme en la alegría de que mis pulmones están sanos, que mi cuerpo es fuerte, que tengo todo un camino por delante, que me gusta vivir… en vez de pensar eso mi ser vivía amarrado a la idea de volverlo a ver, de desear retroceder el tiempo y cien mil soluciones que intenté armar en mi cabeza.

Lo único que estaba haciendo es intentar volver al antídoto de pseudofelicidad que el mundo a veces nos ofrece como "bonus track" en un CD. Pero, la realidad es que el platillo principal sólo soy yo y mis días. Cuando entendí esa soledad me hizo más click la teoría de desear ser un ser más iluminado y dejarme de tanta porquería que sólo me hace fruncir el estómago. Pero para lograr esto, tú y yo sabemos que necesitamos hacer nuestra tarea y poner nuestra vida en su lugar.

Así que en este paso de eso se trata, más allá de tu ex, de ti. Se trata de traer tu herida y que la veas, que la cargues como a un bebé y te hagas cargo de ella. Que entiendas que todos tus miedos vienen de esas experiencias que te invitaron a desconfiar de la vida, que si te reconcilias con ellas verás que no hay por qué tenerle miedo a la vida.

Pero a veces pasa que cuando entiendes que el camino a ser feliz no es el más fácil me dirás que tal vez es mejor volverse a enamorar, que las heridas se curan solas, o peor aún, que tus heridas estén en un sótano tan lleno de mugre que no podamos ni sacarlas de ahí ni con grúa – créeme, he estado así en mi propia vida-. Cada quién sabe qué tarea tiene que vivir para reconciliarse con la vida, pero la verdad es que mientras no lo hagamos seguirá la sombra del pánico de vivir y esa hace que todo se venga abajo, que tengamos que sacrificar incluso nuestro amor propio por pensar que otra persona sabe más que uno y que a su lado es el lugar más seguro en el que tu alma o la mía pueden estar.

Esa mentira vive en los corazones de muchos porque cuando entienden que tienen que ordenar su vida para que la vida esté en orden, preferimos buscarnos algo más de qué engancharnos. Todo menos la prueba de viajar por mi interior, ese viaje, que es el más hermoso, todo mundo le huye porque piensan que estará tenebroso y lleno de dolor, lo cual tal vez no se equivoquen, pero, si tú fueras una mamá o un papá y tu hijo estuviera perdido en ese bosque ¿No irías a buscarlo? Al menos a mí me pasó que mi niña interior estaba llorando en medio de todas esas ramas, "murciégalos" y falsas creencias que hacían ver todo más obscuro... y si estoy escribiendo esto que les digo es porque nunca he sido tan feliz como cuando fui por ella y la tuve en mis manos. Cuando pasa eso te sientes tu propio novio, te sabes proveedora de tu felicidad y cuando esto pasa no quiere decir que ya no necesitas de nadie, quiere decir que estás lista para una relación sana. (O listo para los hombres guapos que me leen).

Nadie más debe cargarnos. Mal o bien nuestros padres nos enseñan a cuidarnos pero llega un punto en el que el cuidado es personal y el amor es propio. Casi todos venimos de una historia de dolor que "sin querer queriendo" nos pasó pero que si ponemos poquita atención ahí están todos los códices de la felicidad, de La Paz, de la libertad... y dentro de esos códices - para los que se desafían a descubrirlos en ese viaje interior que se chutan - se reirán de lo que antes llamaban problemas y vivirán para no crear más.

Serás el custodio de tu propia magia, serás tu zona de bienestar, serás tu paz, será todo tuyo y al descubrirlo no lo venderás por dos o tres monedas, porque, una vez que experimentas esa sensación, la conviertes en tu Duvalín y no puedes cambiarla por nada.

Si eso te llegara a ocurrir ¿Te dará pánico el desamor? Para nada, entenderás que todo en la vida tiene ciclos y que si esa persona decide que se termina o tú lo haces, no hay por qué sentir que se nos acaba el aire. Entenderás al fin que la vida es eso que pasa mientras piensas que la felicidad está en exterior y no adentro de tu cuerpo. Es algo así como pasarse la vida excavando por el mundo en busca de un tesoro que está escondido en tu propia casa.

Entenderás que el tema no es "corté" el tema es "le di el poder de pensar que él o ella eran mi tanque de oxígeno". Te consolarás que lo que se llevó lo puedes producir de nuevo. Porque para los que saben que el amor sale de adentro con ingredientes infinitos, lo fabrican y reparten generosamente.

Te vas a regenerar como las células de tu piel y darás gracias porque sabrás que para amar no precisas de una pareja, sólo de tu cocina interior. (Lean La Maestría del Amor) Y entenderás y te gustará recibir amor de vuelta, porque eso es maravilloso, pero sabrás que ese amor no se llama "sin él no soy nada", sino que se llama “Amarnos”. Punto se acabó.

¿Qué nos queda? No ser tan crueles con nosotros mismos pensando que estamos hechos por dentro una basura, o algo tan oscuro que nos da miedo conocer. En este maratón he estado introspectiva escuchando las opiniones de los demás y descubrí y por eso lo digo hoy, que todo mundo tenemos miedo de conocernos, que cuando les hablaba del viaje al interior me decían "y eso que tiene que ver con el desamor" o cualquier cosa que evadiera el tomar el avión adentro del alma. Sí, hay heridas, sí, no somos perfectos, habrá zonas feas de ver, pero al final de cuentas mi conclusión se simple:

La vida se divide entre los que supieron quienes eran y los que se definieron por los demás. Entre los que se atrevieron a acomodar las capas tectónicas de su vida y los que asesinaron su identidad con el primer temblor, los que amaron porque amar es lindo o los que amaron por necesidad de aceptación, los que se cayeron y se pusieron de pie y los que no volvieron a caminar... los que vivieron y los que existieron, los que subieron el volumen de su voz interior y los que la bajaron. Los que tuvieron la valentía de poner todo en orden y los que se escondieron entre el mundo por miedo de ser vistos. Los que escribieron la historia de su vida sin pasar la pluma y los que se dejaron escribir por los demás.

Los que gritaron su nombre y los que en el viento se desvanecieron. Y yo le apuesto a la vida que ninguno de mis lectores se desvanecerá. ¡No señor! Mis lectores sacan la casa, mis lectores se ponen de pie, mis lectores me leen porque en el fondo saben que están agarrando fuerzas para poner en acción todas esas frases que les hicieron vibrar, mis lectores superan sus desamores, mis lectores viven. ¡Los amo! Amo haberme topado a algunos de ellos este fin de semana y abrazarnos y amo saber que están en el camino correcto, llenos de dudas, como yo, como cualquiera, pero decididos a buscar su tesoro al final del arco iris, nos vemos mañana preciosos, chulos, hermosos… no les tengan miedo a su historia personal, antes bien descubran que eso es lo que los define.

Un día llorando le dije a una mujer que ha jugado el papel de madre espiritual en mi vida y después de unos meses de no vernos me dice ¿Cómo estás? Y le digo:  ¿Te acuerdas de cómo estaba? (Ella estuvo presente en un momento de mi vida que literal estaba tiranda en el suelo)

-    Sí, me contestó.
-    Pues hermosa, si hoy estoy bien es por aquel viaje que me aventé a ordenar mi vida, si ahorita tengo herramientas para ver todo de color de rosa es porque ahí las encontré. Y si hoy estoy feliz es porque fui por mí.

Que onda ¿Te avientas a ir por ti? Di que sí… di que sí. Sé tu propio súper héroe y demuéstrate cuanto te quieres, declárate tu amor y descubre como la vida te ama de vuelta, o siempre te ha amado y no lo veías.



Algunas lectoras hermosas que me encontré este fin de semana...



4 comentarios:

  1. Esté maratón cada vez se pone más bueno, una difícil tarea, pero creo voy por el camino correcto, me esta costando, pero está valiendo la pena...gracias infinitas!!!


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  2. MI FAVORITO! .. MUCHAS GRACIAS BABY , DANY C.

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  3. Es increible como escribes y como me haces sentir cuando te leo! Mil gracias lucia! No dejes de escribir !!

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  4. Me encanta como escribes y tu #maratóndeldesamor! Me has ayudado a darme cuenta de que voy por el camino correcto, y que realmente cuando alguien se va es porque la vida así lo quizo! Gracias lucía me encanta como escribes

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