lunes, 9 de junio de 2014

ACEPTAR EL FIN





Porque todos caemos, pero no todos nos levantamos.

Todavía me acuerdo cuando mi cuñado cada día estaba más grave y no le quedaban esperanzas de vida. Desesperada fui a comer con una hermosa mujer y le dije llorando “Se va a morir, no hay nada que se pueda hacer y no es porque yo lo quiera, me duele decirlo, pero se va a morir…”

Con esa misma sensibilidad de reconocer cuando algo ya está por terminar es con la que nos damos cuenta cuando el amor se está cayendo de las manos. No es que no lo veamos porque sea un proceso invisible, las pruebas están enfrente de nosotros, pero no queremos ver. Nos autoatrapamos en la etapa de la negación e intentamos por todos los medios prolongar lo improlongable.

Nadie entiende ese nivel de desesperación si no lo está viviendo, cuando el corazón anuncia el final de algo, cuando nuestra pareja es indiferente… porque cuando a alguien le interesas se nota, pero cuando no le interesas se nota más. En esta etapa nos aferramos al “pero un día me quiso” y luchamos por regresar al pasado, que jamás, jamás llega porque está atrás y no adelante.

Invertimos unos días que se convierten en meses y peor aún, en algunos casos en años. Luchamos día y noche por recuperar lo que era nuestro y tomamos una tarea que es para dos y la resolvemos solas. Sentimos que se nos acaba el aire y creemos que él o ella es nuestro único proveedor de oxígeno. Creemos que él o ella son los responsables de que estemos de pie o nos sintamos felices y peor aún, aceptamos mantener la relación a cambio de que esa persona no se aleje, aceptamos nuevas reglas y convivimos con la agonía que hace que nuestra personalidad se transforme por el miedo y cambiamos de ser esa simpática niña a una histérica celosa y sucede lo peor que podría pasarnos que es aún peor que perder a nuestra pareja: Nos perdemos a nosotros mismos.

Ahí perdemos nuestra fuerza y es cuando codependemos bien y bonito de la persona y si gráficamente hubiera una imagen de lo que está pasando, estaríamos en el suelo agarradndole la pierna diciéndole “pégame pero no me dejes” en su versión más literal. Olvidándonos que la violencia psicológica es la peor de todas, olvidándonos de que no existe un agresor sin una víctima.

Desesperados armamos la rueda de prensa y escuchamos a nuestras amigas que ven las cosas de fuera pero no entendemos lo que quieren decirnos y es que ¿Cómo poder comprender lo que está pasando si ya perdimos el juicio?

Aquí es cuando el camino se divide en dos. Las víctimas y los dueños de su vida. Los primeros se arrastran lo más que pueden, culpan a Dios por lo que pasa, culpan a su pareja, y la aman-odian y se alejan de cualquier amigo que diga “siento que tu relación no va bien”. Los segundos se echan en llanto un día, escuchan a Paquita y se echan unas chelas con ese amigo que odiosamente les dice “te lo dije” y aceptan la crítica ¡Escuchan! Deciden de algún modo cambiar y le preguntan a ese amigo ¿Dime qué me pasó? Intentan buscarse y se pondrán de pie y dirán “Hasta aquí”.

Con suspiritos post lloratorios comienzan a ver con los ojos de la realidad: objetivamente. Descubren en qué momento comenzaron a perderse y la poca autoestima que les queda les hace sentir desprecio por aquella situación.

-       No merezco esto. – Dirá tu amor propio.

Reconoceremos entonces que no volteamos a vernos a nosotros mismos por creer que aquella persona era la proveedora de la felicidad. Y entendemos que estamos gastando nuestras energías en un proyecto que ya murió y que además, por primera vez, estamos agradecidos de que así sea. Porque no se trata de dejar a alguien porque ya no pudimos retenerlo, se trata de dejarlo porque ya no nos quiere.

Yo sé, es horrible saber que alguien con quien imaginaste un futuro ya no tienes ni un presente. Es horrible tener que borrar sus rasgos físicos y tener que alejarnos, y como si fuera una tortura del destino, justamente es cuando más maximizamos las cualidades y los detalles y recuerdos agradables, tratando de justificar los malos y vendándonos los ojos ante aquellas cosas que no se van a ir sólo porque intentamos olvidarlas.

Pero la verdad es que ¡NADA JUSTIFICA QUE NOS HAGAN DAÑO! Así que aquí, ponte de pie conmigo y di: No acepto. (En un altar imaginario vestida de blanco).

¿Por qué vas a aceptar? Es obvio que en la pareja hay que ser tolerantes y que  no todo es perfecto y que la la la, pero en el fondo no nos hagamos tontas, en el fondo sabes si la otra persona, con todas sus áreas de oportunidad sigue apostándole a la relación todos los días o no. En el fondo de tu corazón sabes que si tú fueras la bella durmiente y él te besa, despertarías porque fue amor verdadero o no. ¿Lo haría?

Cuando una persona está ahí, va a los entrenamientos, asiste a las clases, está presente, quiere estar. Si no quiere todo se viene abajo a menos que empieces a hacer sus deberes que me parece un poco mágico ¿Cómo vas a jugar el papel de las dos parejas? Sería el desgaste de energía más absurdo que he conocido. Además la física lo dice, la materia tiene que estar en algún lado, ocupar un lugar en el espacio y si él no está contigo, está en otro lado, en algún “submundo” llámese otra persona, un sueño que no tiene nada que ver contigo, pero algún lugar está habitando.

Pero más allá de que esa persona haya decidido dejarte ¿No crees que tú también puedes tomar la iniciativa y pensar que esto no es lo que quieres? Porque esa relación se vuelve una droga y tú eres la que tienes que desintoxicarte. No estoy diciendo que sea una relación tóxica, pueden existir relaciones increíbles pero hay que reconocer cuando se está viviendo del pasado y en el presente no hay nada. Cuando algo ya se terminó se siente.


Lo importante en toda esta historia no es que te hayan roto el corazón sino que recojas los pedacitos. La cosa aquí es aprender que de esta última humillación de un corazón roto puedas transformarte en la mujer que dice: ¡No acepto! Y la próxima vez que veas esta posibilidad de autodestrucción a la vista te salgas antes de que te puedas lastimar. Lo importante al recoger los pedacitos, es que recuperes tu poder y hayas aprendido la lección, porque si no estás condenada a repetirla.

Así que si estás en esta situación el primer paso es tomar conciencia de que el amor tiene la característica de no sentirse forzado y que las relaciones son de dos y en ningún momento se deben anular alguno de los personajes.







9 comentarios:

  1. Justo ahora ando en el punto -No me merezco eso, justo hoy dije eso, se lo dije a la otra persona, quizá sea el primer paso para empezar a definir bien las cosas, a aclarar lo que quiero y lo que no, porque siempre tendremos la oportunidad de alzar la voz y dar a conocer lo que merecemos, lo que sentimos, siempre tendremos la oportunidad de volver a empezar desde cero, más cuando es el amor propio el que está en juego, el que está de por medio.

    ResponderEliminar
  2. Leer tus palabras me hace saber que debo de dejar atrás todo lo que aún me tiene hundida.
    Este escrito tuve oportunidad de leerlo hace mas o menos 6 o 7 meses....Me encantó.
    Gracias Lucia

    ResponderEliminar
  3. Para muchas personas es difícil darnos cuenta del grave daño que nos estamos haciendo estando con esas personas que no valen la pena, y eso únicamente es porque no nos damos cuenta que cada quien tiene el poder de decidir sobre SU PROPIA VIDA, sobre su futuro y sobre las personas que queremos estén cerca de nosotros. Cuesta mucho abrir los ojos pero una vez abiertos la realidad cambia para siempre. Gracias Lucia

    ResponderEliminar
  4. eres genial ...esas son las palabras que justamente necesitamos oír ... me encanta todo lo que escribes eres como Carrie Bradshaw...comtenporanea
    gracias por permitirnos leerte

    ResponderEliminar
  5. Fregón, amé lo del alma gemela es él que está amándote a tu ladito, siempre he pensado eso(: Gracias Lucía, difsfruto mucho leer lo que escribes.

    ResponderEliminar
  6. Tan cierto y tan duro y tan golpeante para tu ser (mi ser) golpeante en el sentido de darte cuenta de todo lo que dejaste pasar hasta llegar a ese punto en que dices basta, y duele tanto tomar la decisión aunque sientes un airecito de paz o seguridad de que entre todo ese embrollo que tienes. Recuerdo las tantas veces que decía hasta cuando voy a seguir así, cuanto tengo que pasar mas y es que una siente tanto amor que desborda pero que haces con eso si la otra persona es un muro. Fue difícil y es difícil aun pero tomada la decisión espero ya no volver atrás.

    ResponderEliminar
  7. Desde hace mucho te leo, de manera anónima, sin dejar comentario alguno. Pero hoy que tuve la oportunidad de empezar a leer tu maratón del desamor, no puede y estoy escribiendo, lo hago porque estoy justamente con la convicción de ya no más y no por él si no por mi. Bien dicen que no podemos dar amor si no lo sentimos dentro de nosotros, y eso es justamente lo que voy a empezar a hacer, a reconocer que valgo y que si en un futuro la otra persona lo ve, será bienvenida y si no, no queda más que agradecer por el tiempo y la experiencia. Me ha costado mucho llegar a este punto, pero tu escrito es el inicio de esta nueva aventura. Mil gracias, por todo lo que escribes!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  8. Sí, yo también me encuentro ahí.

    Otra vez el lloro desgarrador que viene de mis entrañas.

    Otra vez el castiso de su silencio.

    Otra vez sola.

    Otra vez rota.

    ResponderEliminar

Deja tu comentario, es lo más sabroso de escribir... :)