miércoles, 16 de julio de 2014

08 TOMA EL VOLANTE


En la carrera de la vida eres el único 
conductor responsable de llegar a tu destino.




Amanecí medio raro pero siempre que escribo creo que de algún modo entienden mis cantinfleadas... jajaja los quiero. ¡Gueros días! 

No sé por qué hace mucho me quedé a dormir a casa de una amiga y tuve un momento de esos de mega contentismo en que te sientes plenamente feliz manejando por López Mateos rumbo a mi casa e hice un escrito al respecto que está en mi libro. 


Habla de cuando mi papá me llevaba a la escuela, él elegía el camino, la hora, si pasarse la preventiva o no. Era delicioso yo podía estar dormida y sabía con certeza que estaría en la puerta del Ciencias en cualquier momento.




Es riesgoso tomar el volante, decía en el escrito, pero ahora que estoy "drandota" yo sé si meter primera o segunda y si dar a la derecha o al a izquierda. Y ¿les digo algo? Eso es encantador para los que asumimos las responsabilidades, porque somos dueños de nuestra pequeña carretera... aunque ¿les digo otra cosa?  Eso nos lleva a una palabra de telenovela que muchas veces no le damos importancia pero la vivimos día a día: Los reproches.

Hace poco estaba preocupándome por alguien y su situación. Dejé de hacer algunas cosas y me limité a ciertas otras y cuando no obtuve lo que quería (que esa persona reaccionara) le reproché lo que había hecho por ella. Y me enojé.

Con el novio o novia pasa igual: “Dejé de ir a este lugar o a aquel otro evento por ti…” “Me quedé contigo, decidí acompañarte y ¿Con esto me pagas?” Esos son reproches. Nosotros somos responsables de nuestro coche pero si dejamos de hacer algo nuestro por ayudar a alguien más, no podemos esperar nada a cambio. Desgraciadamente jaja.

Por lo que amanecí escuchándome más e intentando saber qué es lo que yo quiero. A dónde quiero manejar y por donde conducir mi vida sin dejarme influenciar por nadie. Y si decido detenerme por alguien no puedo reprocharle que después no lo haga por mí. En esta vida cada quién somos responsables de nuestro carrito y nuestro rumbo.

Entendiendo esto dejé de estar enojada. Me di cuenta de que si alguien se va por otro rumbo no puedes retenerla y tampoco reprocharle que se haya ido “pos oye si te traté bien” eso no es excusa para retener a nadie.

Somos yo y mi coche. Dam! Mi papá podrá contarme un poco de su viaje, o podré subir a alguna amiga de repente a darle un aventón pero lo que pase en mi vida, lo que pase en tu vida, es la manera en la que decidimos manejarla.

Las personas que nos rodean no son responsables de nuestro camino. Amanecí sabiéndome así de sola pero está bien. En cuestión de la vida, aunque estemos rodeados de personas, los únicos conductores somos nosotros. Pero eso ya lo dije muchas veces en estos párrafos. ¿Qué nos queda? Aprender a hacer tompitos, frenar en las curvas, comprar un GPS o disfrutar manejar sin tanto rumbo marcado…

Al final, cuando menos te das cuenta, encontrarás personas en el mismo rumbo que el tuyo y con el mismo destino, lo que hace que bajes la ventana y saludes y digas “no estaba tan loco por elegir irme por aquí…” 

Porque al final creo que si quieres llegar a encontrar a una persona con la cual compartir tu vida, creo que será así, coincidiendo en el rumbo… dando vuelta en el mismo lugar sin querer queriendo… y riéndose de estarse topando en cada alto. Eso es más efectivo que perseguir a alguien en el coche, acelerarle y desgastarte por ir a su paso sin saber dónde dará la vuelta y no poder ni disfrutar el panorama por estarlo siguiendo y luego reprocharle todo. ¿Me dí a entender?

Maneja, no tengas miedo de no encontrarte a alguien en el camino, tengo dos teorías, que te quedes solo por tus caminos tan llenos de ti y de nadie más o una mejor, que te rías de darte cuenta que no eres el único que tiene ese mismo rumbo y conocer amistades nuevas en el mismo panorama que tú ves la vida. Y es que pasa que desaceleramos o nos vamos por las avenidas principales por miedo a estar solos... pero lo único que vale en este andar, es que llegues a tu destno y cada quién tiene el propio... por lo que no puedes llegar siguiendo a nadie.

y Tú ¿Cómo amaneciste?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario, es lo más sabroso de escribir... :)