jueves, 2 de octubre de 2014

DÍA DOS.



Que miedo da el futuro, me aterra, me llena de inseguridad, y sin embargo, creo que lo amo. Al amarlo todos los días pienso en él, en qué puedo hacer por él, en cómo puedo ayudarle a mi futuro a que sea placentero entonces trabajo en ello en mi presente. Y aunque duela, por lo mucho que amo a Lucía la de Flor del futuro, tomo decisiones intentando sean las mejores para ella, aunque le duelan a mi presente. En fin, la vida se trata de recordar lo bueno, vivir construyendo el presente y amar al futuro y respetarlo. Aunque no entendamos nada. 

¿Y por qué digo todo esto? Pues ayer tuve una seria plática con mi Lucía del futuro y ella y yo decidimos algunas cosas definitivas. Cambios en la vida que de por vida se marcan. Les recomiendo hacerlo. Es muy gratificante, y otra cosa, gracias por esperarme estas 24 horas donde desaparecí para estar de vuelta. (Es que un día entero no escribí, ni me paré de la cama).

Gracias por esperarme, estuve despidiéndome de una etapa de mi vida para entrar en otra que me tiene en suspenso. Ya me entenderán son muchas cosas, gracias por estar conmigo siempre… ando muy introspectiva y con muchos cambios personales pero ¿Ustedes cómo amanecieron?

(Ahí es que no me animaba a contar las cosas como eran, de hecho, casi nunca escribo algo que de pronto no entiendo, tiene que pasar por el proceso introspectivo para después salir a flote una idea procesada... esperen a mañana a ver qué fue lo que pasó, los quiero).

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