martes, 16 de agosto de 2011

LAS ENAGUAS


Para mí, eran las enaguas de mi mamá. Esa zona segura donde ningún robachico vendría a llevarme, donde ni en los sueños aparecía un “mostro” y donde el clima era más perfecto que el viento frío con el sol caliente en una tarde de Melaque. Pero creces y pareciera que cambiamos nuestra “zona segura” por otros rincones extraños como los brazos de tu novio o el aferramiento a las propias cualidades que vamos desarrollando.

            Comenzamos a fabricarnos ese lugar tan perfecto que ahora no nos pertenece porque tal vez mamá tiene que abrazar otros hermanitos o porque al ir a la escuela no podemos llevarla en la lonchera.

            Sentimos seguridad en el profesor de deportes, en el único camión al que podemos subirnos, en el dinero que traemos para comprar el lunch, en nuestra mejor amiga, en los tenis nuevos que al estar tan blancos te brindan postura social.

            Nos refugiamos en el recreo, en la misma banca donde siempre nos sentamos, o al teléfono donde por largas horas le preguntas a tu amiga “¿Qué haces?” hasta que tu papá te dice “¡Cuelga que alguien puede hablar!”.  Como si no supiera que mi llamada era más importante que si hablara el presidente.

            Después, en algún momento que no imaginábamos, la vida nos trata pésimo. Y te sientes traicionado por Dios, por el mundo entero que parecía lleno de nubes de algodón y sonrisas de confeti. Por ende, te aferras a esa almohada que tratabas con indiferencia y comienzas a saber lo que es llorar cuando todos duermen, usando como zona de seguridad una bola de algodón o de plumas de ganso según sea el caso. Increíble, un horizonte nuevo se abre a nuestros trece años, cuando creíamos que siempre tendríamos todo.

            Aquí comienza lo peor, cuando nace la herida, esa cortadita fruto de una desilusión y enfrentamiento con la realidad que nos provocó la inseguridad más grande que habíamos sentido.

            Y con ello aparece la primera barrera que tal vez ni conoces porque en el camino he puesto muchas más.

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