lunes, 24 de febrero de 2014

LA CATARINA




Hoy amanecí sintiéndome diminuta, como catarina… sí, me gustan las catarinas… sonó el despertador y no quería levantarme porque sabía que tenía algo atorado en el alma… pero de un golpe brinqué y puse los dos pies en la alfombra, caminé al baño y pensaba “no puedo sentirme así”. Yo puedo ponerme feliz, tengo la capacidad para darle vuelta a este asunto y sonreír…



            Cuando uno trae una angustia en el alma es muy difícil caminar, andar de ánimos, ser normal, funcional. Y cuando uno ni siquiera sabe qué origino esa angustia es más angustiante. Me peiné tratando de escondérmele al sentimiento y de pronto dije “evadir ya no” hice una pausa absoluta a pesar de ir tarde para la oficina y me senté en mi cama viendo a la ventana (donde se paran las palomas que subo en instagram) y en voz alta hablé con Dios.


            Me pasa últimamente que me he caído al suelo pensando en tantas y tantas cosas, me pasa que al escribir sobre ser más felices y en el radio hablar de amor propio y que el autoestima y que la la la, me estoy bombardeando a mí misma de todas esas cosas pensando ¿Las practicas tú?

            ¿Es a caso que una mujer que profesa tanto amor por el mundo debe de amarse al mismo nivel de sus palabras para que sean auténticas? Hay veces que me siento diminuta y con ganas de pasar desapercibida o de que alguien me de uno o mil consejos y muchas otras mi ego me hace necesitar llamar la atención y ser reconocida, pero en los dos casos actúo como una niña… creo que nunca he dejado de serlo.



            Berrinchuda, impaciente, drástica, con cambios de humor como una niña, lloro y a los dos minutos río y juego, bailo y luego algo me da miedo… y dentro de esta alma tan diminuta luego vuelvo a escribir tomando mi papel de escritora profesional y así, sintiéndome en pañales empiezo a profesar mi verdad, la manera en la que he resuelto laberintos, por si a caso a alguien pudiera servirle… a veces mientras lo hago pienso ¿Realmente estás en condiciones de aconsejar?

            Hoy, así amanecí  de pequeñita, pidiendo misericordia al mundo por no ser lo que profeso muchas veces, pidiéndome misericordia a mí porque no debería ser tan dura conmigo…

            Madres, me dieron ganas de llorar. Y es que de pronto me pasa que me encuentro a alguien que me lee y me ven con alegría o me abrazan y me gusta el hecho de saberme conectada con esas hermosas personas, más hermosas que yo, pero luego cuando me abrazan me siento esa niña chiquita, inmadura y con miedo porque no entiendo por qué me dicen que yo escribí algo que los hizo sentirse identificados.



            Pero saben algo, en este sentirme pequeñita entendí que prefiero estar en la postura de saberme llena de áreas de oportunidad a estar pensando que yo lo sé todo, que yo lo viví todo y que no hay nada por aprender. Yo tengo todo por aprender. Otra vez se me llenaron los ojos de agua.

            Al final de cuentas no me importa sentirme pequeña, eso soy, una almita más en el mundo, especial como todas, con ganas de vivir, así que el tamaño no es lo que me hace sentirme así como amanecí… es más bien la pérdida del balance lo que me duele.

            “Me siento desbalanceada” – Así comencé a hablarle a Dios en la mañana. – No sé qué hacer… no sirvo si no estoy en balance.

            Y a pesar de sentir que se me mueve el piso repito, que prefiero sentirme así a creer que no hay áreas de oportunidad y que yo estoy muy bien. Dudar es parte del comienzo de la búsqueda de las respuestas. Dudar de mí es parte de reconocer lo que soy y lo que no soy, reafirmarme, volverme a conocer y a abrazar, porque a veces, entre tanta rutina y labores y demás… me olvido de esta catarina que quiere ser apreciada, por mí para empezar.

            Se despide con todo el cariño que tengo para ustedes una catarina roja, roja, con puntos negros, negros, de esas que a mi mamá le gustaba encontrar entre la lechuga cuando la lavaba… 

3 comentarios:

  1. Lucía, mucho ánimo, lo que haces es grande, no sabes como me ha ayudado todo lo que he leído. Todo pasa y a veces es necesario sentirse así para vaciar lo que no nos sirve y llenarnos de lo que si. te mando un gran abrazo.

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  2. Lucía entiendo muy bien cómo te sientes, y creo que es parte de tu crecimiento personal, ese descubrir los aspectos inestables es necesario, por que si no lo haces ¿cómo vas a mejorar?
    Te percibo como una mujer fuerte, con tanta iniciativa, con tantas ganas de hacer y de transmitir... tal vez por eso la vida te está enfrentando a reconocer esos aspectos en los que tienes que enfocarte para darte a ti misma y después darle a los demás, como lo haz venido haciendo hasta ahora... y lo haz hecho tan bien que, en verdad nos sentimos en sintonía contigo.
    Sé que esto te lo dicen muy seguido, pero en ti he encontrado mucho apoyo en mis días oscuros del alma, en verdad me motivas, hay días en los que siento como si tuvieras una ventanita que da justo hacia mi alma y aunque yo lo oculte a los otros, tu te das cuenta de lo que siento realmente y escribes algo a la medida de mis sentimientos, en realidad no sé por qué me pasa eso, pero así lo percibo (yo sé que esa ventana no existe pero me gusta imaginarlo).
    Bueno el punto es que me encanta leerte en tus días buenos porque me inyectas esa energía, pero de igual manera me gusta leerte cuando estás triste o melancólica por que soy sensible a tu lado humano, porque se que con base en estos sentimientos vas a tomar más fuerza y regresarás recargada y me emociona pensar que te levantarás de una manera impresionante y nos dejarás a todos con la boca abierta.
    Gracias Lucía por compartir todo, lo bueno y lo malo... la vida, tal y como es.

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  3. Antes que nada gracias por tus letras...ultimamente me identifico mucho contigo...me siento asi como tu...pero como bien dices Dudar tambien es sintoma de inteligencia...eso nos ayuda a ver las cosas desde diferentes angulos... de esa manera es como una persona crece...

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