Atención, cuidados,
seguridad, compañía y amor. Desde que gateamos deseamos y necesitamos de estos
ingredientes para poder vivir. Y tal vez esos atributos se los adherimos a
un príncipe azul porque nos enseñó
Disney que nuestras necesidades básicas se cubrían con un hombre con espada y
corcel.
Y es que también de pronto nuestros papás cooperan con la
causa de pensar eso porque nos aman tanto que en vez de enseñarnos a que nos
cuesten las cosas se convierten en nuestros proveedores para que al estar
llenos de todo salgamos a la nada a ser felices. No sé qué dije pero estoy
sensible y prometo a llegar al punto, pero no quiero editar.
Cuando yo sea mamá entenderé de lo que digo pero es una
verdad que los papás no quieren vernos sufrir; a veces nos levantan castigos
por compasión, nos compran el coche aunque no sacamos las notas que querían y
salimos a la universidad sin saber lo que cuestan las cosas. (No en todos los
casos estoy ubicando una caricaturesca realidad) La cosa aquí está en que ¿Quién de nosotros sabe ser auto proveedor
de atención, cuidados, seguridad, compañía y amor? Si hay alguno que esté
leyendo esto quiero decirle que lo admiro.
Para los que no, incluyéndome pero intentando que sea
diferente, les digo que somos unos coches sin gasolina. ¿Hacia dónde ir cuando no tienes ni con qué arrancar? Y la cosa
aquí es que la vida pareciera que nos entrega unas monedas y luego nos pide que
las reproduzcamos y que seamos un negocio que siempre de frutos. Que
reproduzcamos el mucho o poco amor que nos dieron, que creamos en nosotros
mismos con lo poco o mucho que creyó mi papá o el tuyo en ti o en mí y que
ofrezcamos a la vida un ejemplo de la misma.
Está difícil lo sé… no podemos ni ponernos de pie en la
mañana y la vida ya nos demanda todos estos requisitos. “Yo te di las monedas”
Nos dice. ¿Cómo es que se echa a andar
nuestra máquina de amor? Sigo sin saberlo del todo si lo sé les digo qué
botón es… el punto es que,
necesitamos dejar nuestra actitud de levantar la mano pidiendo algo y
comenzar a preocuparnos por nuestra fábrica de amor y ser nuestros propios
proveedores. (Y ponernos el letrero de “somos fabricantes”).
Un día – hace más de cinco años - estaba en Plaza Pabellón (cuando era cool) afuera del cine
con una amiga que adoro: Chani. Nuestras pláticas son siempre intensas y yo
estaba sensible como cualquiera en un domingo donde los vacíos te carcomen. Me quejaba de la vida, le decía que yo no
había tenido tantas monedas y que estaba enojada de tener que reproducir a
manos llenas algo tan pequeño, que odiaba algunos episodios de mi vida y que no
merecía algunos otros…
Le dije que la vida había sido algo injusta, que me había
jugado chueco, que yo daba amor y era buena y no merecía ciertas circunstancias
a cambio… ella me escuchaba sin opinar, me dejó desahogarme, sabía tal vez que
no todo lo decía en serio, sus ojos negros se me quedaban viendo… asentía y me
dejaba continuar y en eso, cuando todo se calmó, intervino, intervino de una
manera que no he olvidado después de tantos años y me ha servido como
herramienta para recordar lo que verdaderamente importa:
Lucía, llega un momento en la vida en que ya recibiste los
“te quiero” de tu papá, muchos o pocos pero ya los tienes, ya te tocó que
cuidaran de ti, mal o bien pero que cuidaran, ya te tocó ser niña, ahora te
toca ser mujer. ¿Qué vas a hacer con lo
que sí tienes? No te estoy preguntando por lo que te faltó, eso ya no lo
tuviste y el tiempo no volverá. ¿Qué vas a hacer con los “te quiero” que tienes
de tu papá? ¿Qué vas a hacer con los recuerdos de tu mamá? Con los días que sí
la tuviste. ¿Qué vas a hacer con el amor que se te dio?
Esa era la pregunta ¿Qué vas a hacer? Me lo dijo tan
consciente de que eso necesitaba escuchar… no
necesitaba que me compadecieran sino que me ayudaran a echarme a andar… los
engranes de mi fábrica de amor, sin usar, le aplaudieron a Chani en ese
momento… (y en este le aplaudo yo, gracias amiga).
Me tocaba actuar. Me
tocaba ponerme de pie, me tocaba vivir mi misión de vida. La mía, la tuya, cada
quién tiene una.
Nos concentramos
tanto en tener un proveedor de amor, seguridad, comprensión, compañía, que se
nos olvida que somos una fábrica de todo eso. Nuestros padres a veces no
nos enseñan a usarla, es muy delicada, cada una funciona diferente y los
resultados son distintos. A veces puede pasar que los papás nos enseñan como
usaron la suya pero cada una es diferente, cada
quién tiene su sagrada historia de vida y su sagrada misión de la misma… yo me
olvidé de la mía buscando un príncipe con capa y espada y de rodillas al suelo
les digo arrepentida que nunca pensé que yo tenía todo lo que estaba buscando
adentro, en mi alma, esa que creo que se esconde entre los pulmones.
Y al escuchar a Chani, y al vivir lo que he vivido y al
saber que ahí estaba lo que he buscado tanto tiempo es que me inspiré a hacer
este #MaratónDelDesamor como parte de mi misión de vida. Porque una vez echada a andar la fábrica del amor y experimentar todo
lo que hay dentro de ti para dar, no puedes detenerte, nada es más fuerte y
nunca se detiene. El amor es lo más infinito que conozco y alguien que yo
conozco y probablemente está leyendo esto sabe de lo que hablo… (ojalá sepas
que eres tú).
Una vez que echas a
andar tu fábrica del amor, todo es coherente, no buscas a nadie que la hiera,
te limitas a dar sin esperar nada, pero no permites que nadie te robe tus
piezas principales, solo compartes el producto de lo que sale de ti, no a tus
engranes.
No te desangras de amor porque no entregas el corazón, antes
bien lo abrazas y le dices… “Mira lo que sale de aquí, eso sí es para ti.”
Permites que los demás te toquen pero no te arrebaten tu ser, que te respiren
pero no te quiten el aire, que te sientan pero no te violenten, que vean que
bonita estás, pero no que se crean dueños de tu belleza y presidentes y
directores de tu fábrica de amor, que es tu empresa.
De eso quiero hablarte hoy ¿Cuál es tu misión de vida?
¿Quieres ser bailarina? ¿Te gusta diseñar? ¿Estás llena de cualidades y no
sabes cómo explotar? ¿Tienes ganas de hacer grandes cosas pero no sabes cómo
empezar? Bien, si tienes todas esas preguntas ya estás aquí empezando conmigo, escuchándome
como yo escuché a Chani un día y me volví dueña de mi fábrica… o más bien y ojo
con esto: ME DÍ CUENTA QUE SIEMPRE FUE
MÍA.
Cuando estés en este punto y sientas esto que te digo sé la
sensación que te provocará intentar poner manos a la obra y voltear a ver a
esos hermosos engranes que son tan tuyos, que se construyeron con dolor, con
lágrimas, con risas, con historias, tuyas, de nadie más. ¡Sé la inspiración y
la urgencia por empezar te invadirá! ¡Siéntela! Se llama contentismo.
Cuando hagas consciencia de que en esta vida venimos a
realizar una misión súper sagrada (con permiso James Bond) y comiences a sentir
lo que te hace vibrar y eso hacer, vas a entender que una pareja no es más que tu más grande fan. Ese hombre o esa mujer
que llegará a ver tu fábrica y dirá “Wow” y no se atreverá jamás a tocarla de
mala manera, o mejor aún, no lo permitirás nunca. ¿Te fijas que sagrado eres?
Verá cómo custodias tus pertenencias y cómo te desvelas por
tus objetivos y se le caerá la baba y querrá estar contigo y cooperar con la
causa. Y de pronto te enseñará que él o ella también tiene una misión y si te
gusta su fábrica, se asociarán y harán grandes cosas.
Soy de las que pienso
que las personas no se enamoran unas de otras, se enamoran de la misión de vida
de unas o de otras… esa misión que se descuida cuando tenemos pareja porque
como nuestra fábrica “no sirve” o eso pensamos, entonces vemos en el otro una
fábrica para asaltarle amor. No, no
vuelvas a caer en eso, tú eres mucho más fuerte, tu fábrica quiere echarse a
andar y dejarte ver lo poderosa o poderoso que eres. Llamando el poder no como
algo que puede usarse en contra de nadie sino a favor de todos.
Mi poder son las palabras, me gusta compartirlas, si a
alguien se le ilumina su fábrica con ellas y la ve y la puede usar, puedo morir
en paz. Moriré feliz, no porque tuve uno o dos novios, sino porque mi misión de
vida fue mi verdadero amor…
Si yo muero escribiendo, moriría sonriendo. Si yo desgasto
mis calorías en crear más cosas que contagien mi amor por la vida, estaré
satisfecha. Si yo no encuentro el amor de pareja nuevamente, no pasó y ya está,
y si pasa que padre porque tengo muchas cosas que compartir en pareja, pero de todas formas mi misión de vida puede
incluir estar sola y de todas formas se cumplirá.
Si mi corazón se acaba haciendo lo que ahora hago… ¡QUÉ
IMPORTA SI EL PRINCE ERICK SE CASA CON OTRA! Dios, es liberador saber que nada
interrumpe tu misión de vida cuando estás segura de lo que quieres. ¿Qué deseo
estar sola? No, no lo deseo, quiero encontrar esos amores que ya saben cómo se
siente… que estallas, que te impulsan, que te decoran la vida, que te hacen
hacerle todos los detalles que te imagines y explotes en ocurrencias, sí, sí lo
deseo, pero antes que eso deseo que mi fábrica estalle aquí contigo… más allá
de la vida… deseo ser una escritora que se conecte con sus lectores, si eso
logro, estallaré de igual manera.
Estoy viviendo por lo que estaría dispuesta a morir… así
que… estando así y sintiéndome así, si el amor en pareja llega o no llega es cuestión
de averiguarlo… Los quiero.
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Dios, que una actriz que admiras te diga que te leyó y que le cayó como anillo al dedo... motivo para regresarme de la oficina a mi casa bailando... pero traigo coche. ¿Cómo bailo en el coche? #contentismo #amoaXimena#maratondeldesamor
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Dios, que una actriz que admiras te diga que te leyó y que le cayó como anillo al dedo... motivo para regresarme de la oficina a mi casa bailando... pero traigo coche. ¿Cómo bailo en el coche? #contentismo #amoaXimena#maratondeldesamor
Hola Lucia, me encanta tu maratón, y si bien es cierto estoy en desamor no es por una pareja es porque me deje llevar por el dolor de perder a un ser muy querido para mi, este texto me encanto, ahora que hago con todo lo que recibí, es mi misión buscar lo que me haga regresar a casa bailando, gracias por tus palabras y nos leemos mañana :)
ResponderEliminar"
ResponderEliminarUna vez que echas a andar tu fábrica del amor, todo es coherente, no buscas a nadie que la hiera, te limitas a dar sin esperar nada, pero no permites que nadie te robe tus piezas principales, solo compartes el producto de lo que sale de ti, no a tus engranes."
Wow Lucía cada vez esto se pone mejor, siento que voy por buen camino, y tus letras han sido gran parte de este cambio que estoy haciendo en mi vida...
saludos!
Lucia, escribes padrísimo!!
ResponderEliminarQue alegría que una amiga me recomendó leerte y wowww estos días de lectura han sido super enriquecedores, porque he descubierto que alguien mas comparte mi locura.
Saludos...
Lucia me encanta tanta sabiduría que Dios ha puesto en ti.
ResponderEliminarQue alegría saber que no soy la única loca (me encanta estar loca) que piensa asi.
Afortunadísima que mi amiga Berta me recomendó leerte.
Saludos y gracias!
Woooow siempre tus dedos llenos de razón, quiero recordar esto todos los días de mi vida. Gracias Lucía :)
ResponderEliminarEstoy en mi propio maratón del desamor ! Todo lo que dices es tan cierto ! Gracias !!!!
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