viernes, 16 de mayo de 2014

SIEMPRE FUI YO


Ser tú mismo siempre requerirá de fuerza 
interior porque fuerzas exteriores querrán 
moldearte, porque los seres normales 
no amenazan... en cambio alguien que vive 
su esencia, retumba como un tambor 
y brilla como una estrella...

-Lucía la de Flor




Vaya que si crecer duele pregúntenle a un adolescente que no soporta sus rodillas en desarrollo y tiene que comer el doble y dormir siesta con baba en la boca.  ¿Qué si los humanos cambiamos? ¡Claro que cambiamos! Cambiamos hábitos, cambiamos de la risa al llanto, cambiamos de dirección y también nos transformamos mientras estamos viviendo. ¿La esencia permanece? ¿Qué es la esencia? Dice el diccionario que es lo más importante de un algo, un conjunto de características necesarias e imprescindibles para que algo o alguien sea lo que es…

¿Somos los mismos todo el tiempo? A veces no lo sé, antes mi color favorito era el rosa, ahora el verde pistache y antes estaba enamorada de los hombres ahora de la vida… es algo extraño. Pero dentro de todo este embrollo donde pareciera que no nos conocemos, existimos e inconscientemente defendemos nuestra substancia fundamental, esa que los expertos en perfume llaman esencia.

En cuanto a mí, no sé que he hecho conmigo exactamente pero me gusta ser una persona que tiene comunicación interna (a veces de más, a veces creo que de más y no tengo nada) pero que logro ponerme en contacto conmigo olvidándome de todas esas reglas que quieren convertirme en otra persona. Sólo tú y yo.

Recuerdo bien cuando David mi hermano se robó una moneda de Francisco I. Madero de quinientos pesos y se fue al mini súper de la esquina y se compró cosas. ¡Ladrón! ¡Ladrón! ¡Ladrón! Empezamos a decirle los demás hermanos envidiosos incluyéndome yo. Lo dejamos temblando en una esquina con sus Cheetos que ya ni pudo disfrutar.

Después llegó mi papá y sacó a todos y le cerró la puerta quedando sólo David y él en el cuarto. Más de una hora, nosotros gozábamos de que sabíamos que lo estaba castigando. Sólo David sabe de lo que habló con mi papá pero salió con una sonrisa en la boca. Estoy segura de que tuvieron una plática tierna y compasiva y también estoy segura de que le dijo que no permita que nadie lo orille y le grite como lo hicimos nosotros.

Salió con sus Cheetos o algo traía en la mano feliz de su compra a base del gran robo que nosotros decíamos. No nos dirigió la palabra y se fue al jardín a jugar o algo. Fue todo un acontecimiento.

Hoy entre este escrito y mis sentimientos de despegarme de lo que quiere o espera el mundo de mí, regresando de Europa decidí encerrarme en el cuarto sola conmigo y hablarme tierno y decirme todas esas cosas que a mí me dieran la gana. De autodefinirme, de no permitir que  nadie me etiquete, de dejar que disfrute mis Cheetos y de entender que en esta vida estamos a prueba y error pero lo único que no podemos permitir es que alguien defina lo que somos e incluso lo que queremos.

Yo soy yo y lo poco o mucho que conozco intento que exista. Y así será porque no puede ser de otra manera. Aunque ser uno mismo y no moldearse al promedio del mundo trae graves consecuencias. Incluso los padres veo que a veces aconsejan a sus hijos a comportarse “normal” como todos, para no meter a su hijo en problemas, para que no le echen carrilla, para que su autoestima no se destruya por ser diferente. Pero ¿Acaso no somos todos diferentes?

Cuando me gradué de sexto de primaria mi mamá y yo amábamos ver a “Los pioneros” así le decíamos, era un programa de televisión de esos antiguos que los personajes salen con grasa en la cara. La familia… ¿Qué? Dejen la googleo. ¡Ya! La familia Ingalls. Nos gustaba verlo (a mi mamá más) y pues entre ella y yo decidimos que me iría vestida igual, de los pioneros, como vestido del acto académico y ella me lo haría.

Compramos la tela, a mí me gustó mezclar dos telas que ni al caso, mi mamá no estaba de acuerdo pero no le hice caso, sabía que de pronto estaba arriesgándome porque iba a verse exagerado pero no me importó, sabía también que mis compañeras ya llevarían un vestido “más juvenil” y yo usaría uno que podría ponerse perfectamente una niña de seis años y que hasta sería “más propio para su edad” pero no sé por qué no hice caso y hoy entiendo que mi corazón gritaba ¿Qué es propio? ¿Quién carajos dice que es propio?

No les miento, tenía miedo, estaba segura que de alguna u otra forma era implícito que llamaría la atención y sabía que no de buena manera y les soy sincera, entre complacer a mi madre y que no se burlaran en la escuela tuve unas ganas de saber qué quería yo.

Pasa a veces que cuando empiezas un proyecto el entusiasmo existe y después vienen esas preguntas como ¿Era mi sueño o el de alguien más? ¿A quién se le ocurrió la idea de un vestido pionero? ¿Qué van a decir mis amigas? ¿Para qué arruinar un día que pudo ser feliz sólo por el miedo al qué dirán? ¿Por qué no mejor me pongo un vestido normal? ¿Por qué no ser normal?

No sé, pero había muchas voces en mi cabeza y demasiado estrés para tener menos de trece años. Y de pronto lo que había empezado tenía que terminarlo o iba a irme encuerada a mi graduación. No obstante no le bajé dos rayitas a mi atuendo, sino que seguí firme en lo que no sé si yo, pero ya había decidido. ¡Un sombrero! Quiero un sombrero con flores, le dije a mi mamá.

Lo hicimos juntas, compramos las flores artificiales, silicón y el sombrero. Y así aparecí en mi gran evento. Claro que sabía que lo que traía puesto eliminaría la posibilidad de gustarle a algún niño de la escuela puesto que iba vestida demasiado infantil pero corrí el riesgo, también tuve dos que tres miradas de las maestras, comentarios y hasta mi mamá se defendía con un “ya ves como es ella” ¿Esa era yo? No lo supe esa vez. Tal vez a mi mamá, aunque sea por unos segundos, también le afecto estar en la mira.

Hace poco me mandó Michelle, una amiga de primaria esta foto (Gracias Mich). Al contemplarla entendí todo y sonreí, entendí todas las veces que por querer agradar al mundo no fui yo, pero también entendí que incluso cuando sobreviví al mundo adaptándome a él, llevé mi esencia conmigo. Al ver esta foto pensé: Siempre fui Lucía la de Flor. Siempre tuve una corona de flores en la cabeza de algún modo y me gustó ese estilo vintage y siempre de algún modo hice el “ridículo” como puede llamarlo el mundo, para defender mi fórmula única, mi esencia.

Tener el valor de vivir tu unicidad cuesta, y cuesta caro. Pero más caro me habría resultado que hoy hubiera visto esta foto y me hubiera echado en lágrimas por no respetar lo que vine a hacer al mundo, lo que soy yo, lo que me define. Seguro habría visto esa foto frustrada y no alegre y tendría todos los años perdidos en mis hombros. Así que pensé que todo se compensa, porque ese día sí me sentí insegura y sí pensé que mi atuendo estaba de más, pero hoy sonrío y me alegra haberme arriesgado. Porque el que no arriesga, ya saben que le pasa.

Y como esos muchas revelaciones estoy teniendo desde que llegué de Europa y pensé tantas y tantas cosas. Decidirme a ser más libre me ha costado caídas físicas y psicológicas pero en estos días en cama que mis amigos me preguntaban cómo estaba les decía que me sentía débil psicológica y físicamente pero que estaba contenta porque sabía que de algún modo estaba en el camino correcto y que estar débil no significa ser débil. Estar triste no significa ser tristeza y no tener fuerzas no significa que no era fuerte.

Me reconocí incluso en el fango (No exagero esa operación me salió más complicada de lo que pensé y se me complicó más cuando me colapsé por otros temas que pude haber tratado cuando estaba fuerte pero se me presentaron mientras estaba en cama).

Pero como una de mis frases favoritas me repito: El mar en calma no hace experto a un marinero.

Y así empiezo mis primeras letras ahora que no tengo anginas y que puedo decir con menos filtros lo que hay en mi corazón: Una búsqueda de libertad, una admiración hacia mi persona por ver esa foto y saber que sigo respetando mis sueños de niña y una gran responsabilidad hacia mi misión de vida.

Así amanecí hoy. En este canal estoy. Así estoy respirando.










9 comentarios:

  1. Me encanta leerte, haces bien a mi alma.

    "entendí todas las veces que por querer agradar al mundo no fui yo"

    Muy cierto, existe ese miedo a ser diferente y al que diran pero me atrevo a decir que en américa latina pasa mucho mas , pienso que en Europa existe mucha mas libertad en cuanto a formas de actuar, pensar , vestir etc.

    ResponderEliminar
  2. Tengo una hija y la responsabilidad de hacerla consciente de este tema. Gracias por tus palabras Lucia.

    ResponderEliminar
  3. wow!! me super encanto!! gracias Lucia no esperaba menos de tu primer escrito a tu retorno!! Un abrazo y te comento..curiosamente esa frase también es de mis favoritas...esta fiel al calce en mi firma de e-mail...abrazos!!! y sigue recuperando ERES UNICA!! <3

    ResponderEliminar
  4. "El mar en calma no hace experto a un marinero."

    Dios aprieta pero no ahora, aunque a veces nos sentimos al borde de quedar ahorcados, éstas experiencias, éstas "rachitas" o etapas que Dios nos pone son para aprender a seguir caminando cómo a cada quien le parezca, ser uno mismo hace todo más fácil, aunque como dices, es de las cosas más difíciles, pues ir contra corriente siempre traerá huracanes.

    ResponderEliminar
  5. lucia quisiera confesarte que desde que te lei por primera vez lloro con casi todos tus escritos veme a preguntar por que? no lo se pero sime encanta tu escencia a mi tambien ,tambien quisiera confesarte que desde que te mande un inbox y no me contestaste iconcientemente deje de leerte (llamama caprichosa o simplemente me fui en el avion de que eras mi amiga cuando solo eres una escritora que piensa igual que yo, pero hoy te volvi a leer y supe de nuevo que asi como yo aveces no se puede con todo y hay veces que ya no se puede ni ser lo que uno es lo importante es buscar y nunca dejar de hablar con uno mismo
    por que es ahi donde uno siemrpe encuentra su escencia
    felicidades lucia <3

    ResponderEliminar
  6. Como tu dices Lu: "estar débil no significa ser débil, no tener fuerzas no significa no ser fuerte" cuando nos pasan esas cosas que no entendemos, es cuando más nos mostramos a nosotros mismos. Hay que ser auténticos y no venimos a este mundo a complacer a nadie, ni siquiera a nuestros padres. Venimos a ser nosotros, a descubrirnos. (: y a ayudar a otros a descubríse.
    Gracias por compartir con nosotros siempre con la honestidad y transparencia que te caracteriza. Gracias por mostrarte como eres y no poner máscaras y escribir que siempre desbordas alegría; gracias por mostrarte humana, gracias por ser Lucía la de Flor!
    Dios te bendiga siempre!

    ResponderEliminar
  7. Hola Lucía.

    Yo me llamo Jess. Debo confesarte que te sigo desde hace tiempo, te leo cada vez que puedo y poco a poco te he ido interpretando. La primera vez que te leí estabas a punto de publicar tu libro, me llamaste la atención porque mencionaste que el libro nació de cuando te bloqueaste en una novela y comenzaste a escribir otras cosas. En esos tiempos yo andaba escribiendo una novela, poniendo todo en ella, tiempo, esfuerzo, dedicación y me sentía como tu: bloqueada.

    Después, cuando me volví a encontrar contigo tu libro estaba publicado y entonces te tomé de inspiración. Yo pude terminar mi novela, y no solo eso, si no que le siguió una segunda y tercera parte a la misma. Y ahora tengo esos tres escritos y quiero verlos hechos libros.

    Así que gracias. Gracias por inspirarme y hacerme ver que si se quiere se puede, yo también lo voy a intentar :) en realidad, no sé si vayas a leer este comentario, pero si lo haces quiero decirte agradezco el día en el que por accidente encontré este blog.

    Hace poco también me leí tu libro y el escrito de "comida chatarra" en el que lo relacionas con el amor fue sin duda mi favorito. Felicidades por ese logro.

    Además, si te da curiosidad y lees alguna de las cosas que tengo en mi blog y algo te gusta no dudes en decirmelo, porque eso me emocionaría mucho.

    Nos vemos Lucía, estaré al pediente de ti porque eres una inspiración muy bonita.

    ResponderEliminar

Deja tu comentario, es lo más sabroso de escribir... :)