lunes, 26 de agosto de 2013

LO SIENTO, PERDÓN, TE AMO, GRACIAS.


Hace poco alguien me dijo algo que me ha dado muchos resultados. La verdad, estaba nerviosa porque últimamente me he dado cuenta de las personas que me leen, del impacto, del número de lectores, del poder que tienen las palabras y a veces siento que como yo empecé todo esto como un hobbie, como una manera de desahogarme, de expresarme, de mandar mensajes en una botella, nunca me puse a pensar en ningún tipo de consecuencias, que les digo, todas han sido positivas. Pero de pronto a veces me siento insegura y como caracol me escondo y me dan miedo cosas que ni siquiera han pasado pero tengo miedo que pasen. Me entra angustia, inseguridad, culpa, muchas cosas que de verdad parece que sólo quieren atormentarme porque a la mera hora todo sale bien. En específico me pasa ahora que tengo el programa de radio los sábados a las tres. Es un micrófono pero ¿Qué representa abrir la boca? Entonces me angustia un poco tener que ser más sabia y no poder porque de algún modo siento que tengo la responsabilidad de hacer con ese micrófono algo productivo para los demás. Como si fuera una oportunidad que es obligatorio aprovechar. Y de repente con esos fantasmas en mi cabeza me cuesta trabajo avanzar y a veces juego a la segura y poco a poco voy tomando forma hasta ser yo y eso me toma tiempo por aquello de los miedos. Tal vez sólo me estoy desahogando pero síganme leyendo que prometo llegar a un punto más interesante que lo que va hasta ahora. En fin, en ese caminar aprendí algo: No puedes detenerte, tienes que capacitarte, necesito estar bien yo conmigo, con mi sistema, con mi entorno y estar concentrada en lo que hago y tratar de que la prudencia que no tengo salga a flote. Aunque por otro lado ¡SOY IRREVERENTE, ME GUSTA SER IRREVERENTE Y NECESITO SER YO O ESTOY FRITA! Así que de pronto me relajo, me echo el albur, el cliché, o no sé, entro en un personaje y digo algo muy sangrón y equis, empiezo a disfrutar el hecho de hacerme reír a mí misma, a los demás, y permitirme hacer el ridículo. En fin, son muchas confesiones que dije por teléfono a un mentor que durante una hora escuchó mi angustia.
                No puedo hacer nada ante lo que está hecho, tampoco puedo avanzar por el mundo pensando que no cometeré errores porque sería en primera un error pensar que alguien puede lograrlo. Pero sería muy tonto pensar que los errores son malos y que tengo que refinarme, porque yo, berrinchuda, terca y alegre, no permitiría transformarme en algo que no soy. En fin, no tienen idea a las personas que les conté este tema porque me sentía desconcertada.
                ¿Cuál fue la solución que ahora me mantiene tranquila? Repetir unas palabras. No lo van a creer pero fue lo único que necesité para que regresara mi paz y pudiera hacer lo que hasta ahora he hecho y de la mejor manera. Son palabras que ahora repito ante diferentes situaciones, que las digo en mi mente, que las aconsejo y me han modificado la manera de ver la vida. ¿Se las digo?
                LO SIENTO, PERDÓN, TE AMO, GRACIAS.
                Así, antes de empezar mis programas o de escribir o dar una conferencia o al empezar el día le digo al día, a mi programa, a mi escrito, a mi mañana: LO SIENTO, PERDÓN, TE AMO, GRACIAS. Como si por adelantado hiciera una declaración de lo que puede pasar y me disculpara y de entrada asegurara que voy a sentir y vivir con intensidad lo que pase y amaré lo que haga sea lo que sea en ese momento y estaré agradecida con los resultados como asegurando que algo positivo saldrá de lo que todavía no pasa, eso es confianza con lo que va a pasar… creo yo.
                Y al hacerlo, parece que me conciliara con algo sin ni siquiera haberme peleado pero como si al decir eso lo que haga no pudiera tener un efecto positivo y ser y convertirse en el mejor día, en el mejor escrito, en la mejor mañana.
                Así, antes de hacer algo importante, antes de llenarnos de juicios mentales, de miedos, de inseguridades ante un proyecto, una plática con alguien, un reencuentro, una cita, una petición, un viaje, un objetivo, podemos decirle: Lo siento, perdón, te amo y gracias. Se siente liberador. Y calla a los fantasmas que hablan en la cabeza que quieren tumbar nuestra meta.
                ¡NO SEÑOR!

                Así que hoy les digo a ustedes lectores, quienes me han leído desde hace mucho, desde hace poco, desde a penas hoy: LO SIENTO, y junto contigo vivo mis letras, PERDÓNAME, si alguna vez te ofenda sin querer de alguna manera, TE AMO, porque de algún modo somos humanos y ningún acto humano nos puede ser ajeno y en este amor colectivo somos parte de un todo y ese todo lo AMO y GRACIAS por leerme siempre y por aceptarme en todas mis facetas.

AHHH… QUE RICO SE SIENTE DECIRLO.

4 comentarios:

  1. Lucia eres grande!!! Me encanta leerte y eso que lo hago hace poco, y creeme necesitaba hacerlo tengo que confesar que me cuesta mucho encontrar una lectura que me enganche y tu lo haces, por eso siempre espero ansiosa tu columna, no pidas perdon por algo que nos hace tanto bien a muchoos por favorrrrr, te mereces mucho por lo que nos haces pensar y revolucionar en nuestro interior, y como si fuera esto poco tmb lo haces gracioso con tus textos tan profundos, asi que siempre uno termina asintiendo y con una sonrisa. Asi que por todo estoo Graaaciaaaas!!!

    ResponderEliminar
  2. Bien dicho.... es la sanación más liberadora y no utilizando, tomando, bebiendo, solo es muy sencillo y más claro que el agua... te amo mi escritora preferida :)

    ResponderEliminar
  3. Tienes la capacidad de escribir lo que much@s sentimos, eso es grande...y sí el Ho'oponopono tiene una extraña manera de funcionar y lo hace muy bien, como que llena todo de buena vibra y sale bien, a mi incluso me funciona cuando algo ya anda mal, magicamente se resuelve (mi loquero diría que cambie mi manera de ver y reaccionar ante una situación jeje).

    LO SIENTO, PERDÓN, TE AMO, GRACIAS.

    ResponderEliminar

Deja tu comentario, es lo más sabroso de escribir... :)