He salido de cosas peores… pensé y
enseguida me destapé de mi cobijita rosa deliciosa y puse el pie frío en el
suelo.
¿Quería empezar el día? Fue raro porque de querer… lo que se llama
querer, no.
Pero la esperanza en el futuro me hizo hasta ponerme un vestido.
Justo eso pensaba ayer, en qué percepción tiene la gente del futuro. ¿Qué
pienso yo del futuro? ¿Me da confianza? ¿Me asusta? ¿Me intriga?¿Me da miedo?
No, no puedo temerle al futuro, he luchado
para llegar a él desde toda la vida. Desde que me sentaba en la parte de atrás
de la camioneta café de mi mamá y de cuando en cuando me veía por el retrovisor
con esos ojos azules que jamás olvidaré.
Se reía, cantábamos y yo le daba
chupetazos a mi paleta. En ese entonces ella tenía el volante y yo sólo sentía
los rayos del sol por la ventana y mi futuro estaba asegurado. No supe en qué
momento el volante fue mío y de mi mamá sólo quedaron señales como las de
tránsito: Ahí viene una curva, estás en alto, estás en siga… pero no puedo
adivinar exactamente para dónde quiere ella que yo vaya…
Tal vez esté haciendo
las cosas mal… tal vez no, tal vez quiere que me equivoque, tal vez quiere que
deje de aferrarme a adivinar lo que ella quiere de mí y me ponga a pensar lo
que yo quiero de mí.
Pero lo que sí estoy segura es que no quiere que esté con
las rodillas temblando como cuando sales de la alberca y no te han traído la
toalla.
No, no debemos temblar ante el futuro, debemos ser el temblor. Retumbar
con pasos seguros pero que sean fuertes no porque estén llenos de orgullo,
coraje o ira, sino porque son llenos de amor y el amor grita más que cualquier
otra palabra.
Mi mamá quiere que avance, que me deje sentir, que sea introspectiva
para esculcar y sacar mi basura espiritual de todos los días pero no tan
introvertida como para olvidarme del mundo.
Mi mamá quiere que no olvide lo que
me hizo y deje atrás lo que me causa ansiedad.
Que
tome mi espada y que me lance a los dragones debajo de la cama yo sola.
Que si
tengo miedo me acurruque sola en mi cama con las manos en las piernas y me
repita a mí misma que todo va a estar mejor… sí, mi mamá quiere que exista como
individuo y me salga de sus enaguas y me abrigue bien.
Mi mamá quiere que me
rompan el corazón para que entienda el valor de la fuerza del amor, pero que
después de ese duro golpe tenga una mejor capacidad de amar. Mi mamá quiere que
me ría sola, que me haga de cenar rico y que cuide de mí… mi mamá quiere que el
amor que me tuvo lo tenga para conmigo.
Si es así, con ese amor interno mi perspectiva del futuro cambia… no se me ha quitado el dolor de estómago de la ansiedad que producen los cambios y temblores de días pasados pero intento al menos, llenar todos esos vacíos con amor… propio.
Si es así, con ese amor interno mi perspectiva del futuro cambia… no se me ha quitado el dolor de estómago de la ansiedad que producen los cambios y temblores de días pasados pero intento al menos, llenar todos esos vacíos con amor… propio.
Porque si bien lo dijo Miguel Ruiz, somos
una fuente inagotable interna de amor, y a eso me aferro para que el futuro
tenga el color que… ¡que yo quiera! ¿Tú cómo amaneciste? ¿Parecido a mí? Los
amo lectores.
MI querdia lucia... amanecimos como tu... con aroma a café... y pensando en el futuro... un beso
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