-
ESTADO CIVIL: APRENDIENDO A PINTAR CON UN NUEVO COLOR.
- ¡Lucía! ¿Dónde estás? ¿Por qué no contestas el teléfono? Te estamos
buscando desde hace dos horas.
-
En el parque papá, meditando.
-
¿Otra vez? ¿A qué hora llegas? Mínimo avísame que no vas a contestar.
-
Ya voy no me tardo… *se suena los moquitos.
Y
así me hablaba mi papá algunos días que me desaparecía de casa y estaba a las
once de la noche acostada en el parque de La Madre de Dios…pensando… intentando
imaginarme un panorama bueno para mi futuro o tratando de averiguar qué me
tenía con el alma “congestionada”.
Me
aislaba, no quería oír voces de nadie ya que las mías eran demasiadas y
suficientes. Y como ni yo entendía qué me pasaba pues menos podía explicarme a
alguien más así que el parque y yo pasábamos horas juntos.
Dios…
qué días, era una niña muy confundida, qué bueno que ya no tengo tanta
saturación en mi cerebro… pensaba hace días. Y “toma chango tu banana” que de
estar muy bien y feliz y contenta y con la vida “clara” me volví a sentir con
la necesidad de echarme en el parque. Y es que ¡no sé qué tengo! Pero
tratándolo de definir para darme un poquito a entender podría decir que tengo
el alma congestionada.
No
sé tal vez tengamos un ciclo interno y cada cuando hacemos un recuento de los
daños, he sacado mis fotos de niña y mis diarios y los veo… he pensado mucho en
mi pasado y lo recuerdo y no sé… me siento otra vez confundida y no sé de qué.
No
tengo un problema aparente, de hecho mi presente parece bastante complaciente
con esta güera que de pronto se siente perdida sin estarlo. Medito mientras me lavo
el pelo por qué tengo un dolor en el estómago, por qué me siento nerviosa como
si algo malo estuviera pasándome o por qué no me agarra el simple y me río como
antes…
Estoy
introspectiva analizando algo que no sé qué es…
¿Por
qué me pasa? ¿Qué lo detonó? Antes detecto perfectamente un bajón así porque:
corté, algo me salió mal, perdí algo, no sé… una mala racha, pero al verdad es
que no tengo nada.
No
corté, nada me salió mal, y no perdí nada…
Necesito no desesperarme por
no saber qué es lo que me pasa y requiero en primera instancia reconocer que si
necesito un espacio la primera que debe dármelo y la custodia de ese tiempo que
no debe ser interrumpido soy yo, y si no lo hago nadie lo hará… hay tantas
cosas en el mundo que me sacan de mi concentración que podría ignorar lo que me
pasa y comenzar a complacer a los demás como lo hago automáticamente…
No
quiero eso para mí. Aunque me duela que esconderme sea motivo de reclamos por
mi ausencia la verdad es que como le decía a mi papá por teléfono diré “Estoy
meditando en el parque porque tengo el alma congestionada…”
Es difícil que las personas
entiendan un comportamiento que ni yo misma puedo catalogar así que entiendo a
quien no me entiende.
Son
acomodos de las capas tectónicas, es la recapitulación de algo, es el conteo de
votos, es el veredicto de alguna situación… es algo por lo que pasamos todos.
Un bajón de la marea, un día
nublado, un misterio por resolver… una fase… una etapa, un algo necesario que
por algo nos pasa.
Y sí,
eso puede modificarnos el carácter poquito y hacernos sentir de maneras que en
el pasado experimentamos y que reconocemos como enemigas ya que nos hacen volar
para abajo… pero ¿Qué acaso un pajarito va a distinguir lo bonitas que son las
flores desde arriba?
Ni
a olerlas ha de alcanzar… así que en este rinconcito de donde les escribo y me
abro porque son las primeras cosas que me salen del alma les digo que: Tengo claro que no tengo claro lo que
siento. Y está bien, y respeto cómo me siento, no me aflige porque no ha habido etapa de mi vida donde no haya
sacado algo bueno de ella y que al final lo agradezca y termine diciendo “si
esto no me hubiera pasado no habría hecho esto o aquello…”
Así que cada situación está
a mi favor y de cada cosa saco una ventaja, una herramienta, un nuevo color
para pintar...
Así
que me alío al tiempo y lo dejo ser sin impacientarme por reírme de un chiste
de nuevo o poder describir mis sentimientos … “mespero” porque estoy intentando escuchar un mensaje de algún lado… me
quedo quietecita porque de cuando en cuando siempre lo he necesitado y si me
andan buscando como mi papá les digo “Ya voy, estoy meditando… no me tardo.”
Excelente reflexión. Me identifiqué con cada palabra y las emociones.... Estoy pasando por lo mismo...... Y no se por qué y no entiendo.... Frustrante
ResponderEliminarY sabemos que a los que aman a Dios, TODAS las cosas les ayudan a bien.
ResponderEliminar