A veces me gustaría salirme de mi cuerpo y decir exactamente
lo que siento sin que nadie supiera quién es… sólo escuchar una vocecita que
expresa todos sus sentires para quien esté cerquita... A
veces me gustaría no hacer nada, quedarme en casa viendo como el movimiento de
rotación hace lo suyo para que llegue la noche…
A
veces me siento parada en una tarima desnuda en medio de la plaza de algún
pueblo… algunos voltean con compasión, otros se burlan y peor aún, unos ni
siquiera me ven. A veces, a veces, a veces…
Se
me apachurra el estómago, me quedo sin fuerzas, las energías se van chupando
una a una por el vampiro de la inseguridad y sin una caloría para ponerme de
pie me tiro en la cama y decido no levantarme…
Ahí
en mi cama no pasa nada, nada me lastima, todo es calma…
- - Lucía despiértate.
Me había quedado dormida …
Así es la vida para los que
dejamos que las inseguridades nos dominen… los nervios nos carcoman y la voz
del miedo se levante más de la voz que nos dice lo que venimos a hacer… las
inseguridades nos resaltan los defectos y disminuyen nuestras fortalezas,
haciéndonos creer que justamente nosotros no somos buenos en lo que hacemos. Y hasta poniéndoles palabras y sentimientos a las personas que pasan por la plaza: Tal vez los que voltearon con compasión lo hubieran hecho por cualquier persona, los que se burlaron tenían el corazón triste y buscaron un foco de atención diferente a su dolor y los que ni siquiera vieron tenían algo más importante que hacer y ya, no tiene nada que ver conmigo.
Y es que este tema es tan amplio que aquí también vemos entrar a las estúpidas comparaciones. Donde nuestro prójimo es un
súper estrella y yo una mortal sin derecho a reconocimiento… todo esto habita
en el mundo de la inseguridad…
Pero hoy, tú y yo, de pronto, vemos una puerta… una salida a todo esto. Y sin pensarlo decidimos abrirla, porque estamos cansados de que las inseguridades se apoderen de nosotros, porque queremos pulir nuestra esencia:
Así que abrimos
quitecitos la puerta, rechina, y a penas se abre un pedacito encandila la luz
que hay dentro así que entramos de jalón y nos empapamos de nosotros mismos que
eso es justo lo que necesitamos… y le agregamos el toque mágico: La luz del
universo, la luz de la puerta de los que deciden decirle a la voz del miedo:
Con permiso.
El
mundo es mucho más de lo que creemos, es todavía más amplio, nuestra pequeña
perspectiva a veces nos hace sentirnos incapaces de verlo con una visión más
infinita. Pero no se diga de un ataque de celos porque tenemos el súper poder de agrandarlo como un meteoro que
sabotea nuestra belleza.
Nos
abruma el pleito con el novio, las deudas, el trabajo, la rutina… vemos todos
esos monstruos tan arriba de nosotros que no conocemos otra cosa… pero por
suerte hoy vimos esa puerta. Realmente tenemos que saber qué de todo esto nos
define y qué no, porque si no sabemos quiénes somos, le daremos el poder a
cualquier voz de definirnos.
Cuando
los problemas nos abruman no es que no seamos valientes, es que todo se nos
sale de proporción cuando tenemos inseguridades… pero para los que tienen
grabado en el corazón hacia dónde van y las razones por las que lo hacen, el
miedo hasta se convierte en un impulso que los hace brincar más fuertes…
Conozco
amigas que en la prepa eran miedosas y ahora que tienen un hijo o una hija son
las más valientes cuando se trata de defender lo que más aman… es asombroso ver
cómo las inseguridades desaparecen cuando tenemos en el corazón la firmeza de
nuestra misión de vida y lo que somos y lo que queremos.
Pero
para quienes no tienen idea, cualquier idea que entra se queda… ¡No señor! Hoy
quiero decirte que no podemos permitir tal cosa porque jamás nuestras
inseguridades deberán ser más importantes que nosotros mismos. Y porque no
importa que las voces del mundo nos digan lo maravillosos que somos si nosotros
mismos no lo creemos y constatamos. Además, el autoconcepto es algo muy propio,
se agradecen los halagos pero solo tú sabes quién eres.
Una
persona segura sabe quién es, lo que tiene y sus áreas de oportunidad y eso no
tiene nada que ver con la arrogancia o el ego, sino con el orgullo de sabernos
importantes y con la humildad de reconocernos importantes al igual que todos
los demás.
¿Nuestra
tarea? Identificar nuestras inseguridades y no dejar que gobiernen el palacio
de nuestra alma. Así de fácil (Y me atrevo a decir así de fácil porque a pesar de ser una tarea complicada, es más difícil vivir con las inseguridades en la cabeza...). Imagínate los estragos que harían en el reino de
tu ser. Es más, identifica algún pleito que hayas tenido con alguien, a veces
si observamos un poquito, son nuestras inseguridades hablando, tú le dices algo
y él o ella te contestan pero no están hablando sus corazones sino los miedos… ¿Pueden distinguir una conversación de sus vidas así?
En
fin, tenemos toda una misión que cumplir… primero decidir qué es lo que nos
define, conectarnos con el corazón que tiene todas las respuestas y decidir que
hay valores que están por arriba de nuestras inseguridades… realmente ser inseguro nos hace crear historias falsas en la cabeza y nos hace ver a todos mejor
que nosotros… juzgar nuestras acciones cruelmente y engrandecer las de los
demás… ¡De que se trata! ¿A qué hora vivimos si las inseguridades reinan?
No
poder contar un chiste que viene de tu esencia por miedo a si no se ríen… no
poderte dar el lujo de hacer el ridículo, ese que te hace feliz. No atreverte a
tener el reflector sobre tu cuerpo porque te sentirías como mi sueño: Una mujer
o un hombre desnudo en una plaza…
Después
de todo me he dado cuenta que cuando más desnuda me he mostrado ante mis
lectores, he recibido un trato de mayor vulnerabilidad y esa es una de las
razones por las que no me he detenido.
Eso
habla del gran corazón de las personas, que toman las inseguridades de los
demás y en vez de burlarse las abrazan con gran compasión, eso es lo más bonito
que he sentido, cuando me muestro sin máscaras y me dicen “así quería verte”.
Estoy en el proceso de decir eso yo de mí misma.
En
fin, una vez siendo conscientes de este mundo macabro de las inseguridades y
sus historias inexistentes y la manera en la que subestiman nuestra persona, es
momento de decidir quién va a reinar en ese cuerpecito tan hermoso que te
pertenece, en esa alma tan irrepetible que habita tu ser y te hace ser… no
podemos permitir que reine en nuestro corazón lo que no nos define. Tenemos que defender nuestra
unicidad y lo que nos hace originales, y con el mismo amor que quisiéramos
trataran nuestra esencia, tratar la de los demás…
Todo
sería más fácil si cuando dialogáramos no estuvieran hablando nuestras
inseguridades sino nuestro corazón.
Y
peor aún, cuando reinan todos estos complejos a veces (lo he hecho) buscamos
minimizar al que tenemos enfrente para sentirnos más grandes porque en realidad
nos encojemos en nuestra mente.
Un
ejemplo tonto pero cierto, cuando doy conferencias he recibido el consejo de
“imagina que todos están encuerados” da risa, es un consejo chistoso pero yo me
pregunto: ¿Qué pasaría si en vez de verlos encuerados para burlarme y así
sentirme la chida del grupo por estar vestida, los imaginara como lo que
realmente son? Seres humanos tan hermosos como tú y como yo. Y si a caso los
imaginara desnudos esa sería una razón para tenerles más cuidado y cariño
porque es de valientes dejar las máscaras de la vida en el suelo… Minimizar a los demás no nos engrandecerá ni aquí ni en China.
En
fin, espero haberme dado a entender, espero que en tu corazón escuches lo que
te define, esas cosas tan tuyas, esos detalles y gestos tan “tú”, esos valores que son dignos de
admirarse… por ti mismo para empezar. Cuando descubras tu grandeza verás que
todos somos magia y que no importa si yo estoy del mismo tamaño, tengo camino
menos o más recorrido o sé más o menos que tú… ninguno de los dos nacimos para
hacernos daño sino para acompañarnos.
Es
de sabios unir fuerzas y descubrir que al final de cuentas todos somos un
espejo… que todos somos alumnos de la vida y que desnudos o no, valemos igual. Anda,
distingue todas esas máscaras que no nos dejan verte ni a ti tampoco. ¿Sirven
de algo? No hay nada más bonito que tu cara. Y como ya lo dijo Arjona: Desnuda
es mejor, ya que la naturaleza no se equivoca. Ey, es metáfora no te encueres…
¡No! ¡Me refería a las inseguridades! ¡No te quites la…! Demasiado tarde… ja.
Nos
vemos en el camino, ojalá que más puros que antes… más seguros de lo que somos y lo que no somos, y tal vez con los mismos miedos, pero con el control del volumen a sus voces.
Un abrazo a todos… Los quiero.
Asi es Lu. en lo personal me gustas mas cuando te lees mas sincera como ahora. (con esto no digo que otras veces no suenes sincera) sino... bueno creo que me entiendes. jajajaja el caso es que como dices.. estamos en este mundo para acompañarnos y ayudarnos, porque todos tenemos inseguridades.
ResponderEliminarla biblia dice que mejores son 2 que uno, porque si uno cae el otro lo levantará... y tambien que aprendamos a sobrellevar los unos las cargas de los otros. porque vivir en comunidad como lo hacemos nos permite ayudar al projimo, las debilidades de uno pueden ser fortalezas de otro que les permitan servir al ser humano que tienen junto a el.
el caso es mi querida Lu que nustras debilidades e inseguridades son una oportunidad para mostrar la gracia de Dios en nosotros. Como Moises que era torpe para hablar y lidero una nacion, como Elias que pensaba que lo iban a matar y tenia miedo y Dios lo glorifico, como Esther que pensaba que el Rey la iba a rechazar y no la iba a ayudar. y asi podria decir muchos otros.. pero si confiamos en nosotros, en que no estamos solos, en que hay un ser superior con nosotros que asi como nos formo de manera tan espectacular como es el cuerpo humano, asi nos dio esas debilidades e inseguridades para hacernos mejores personas.
no se si me explique... espero que si.
siempre un placer leerte Lu.
Genekineret (que esta desempleada pero feliz)