martes, 22 de julio de 2014

PIÑA PARA LA NIÑA




Nada de lo que hubiera sido lo hubiera querido. Nada de lo encontrado hubiera preferido no buscarlo, nada de lo vivido aceptaría no haberlo pasado… trenes a los que me subí, bocas que besé… que en su momento me hicieron feliz.

Así pasa cuando vemos un poco más arriba la perspectiva de nuestros días contados. Así se ve pasar el día cuando no nos enfocamos más que lo que necesita nuestra atención.

Las culpas… adiós gracias, los miedos, con permiso ahí te voy…

-      ---  Mamá ¿De qué es el agua?

Aún me acuerdo toda sudada llegando de deportes cansada, dejando la mochila en el primer lugar que viera y sintiendo lo fresco de la casa de La Guaira. Dios que delicia… que delicia de agua, fuera la que fuera ¿Se han puesto a pensar en el privilegio que gozan los que tienen agua servida en la mesa cuando llegan a comer? Es algo cercano al Edén y los que vivimos solos sabemos de lo que hablamos…

Así es como mi mamá contestaba mi agua favorita. ¡Dios! ¡Qué es este nivel de éxtasis!

-       --- De piiiiiña gordita. - El cielo, el cielo en mis pies.

Aunque amaba el sillón de “uno” de la sala porque me acostaba al revés de cómo debe uno sentarse y mis pies colgaban del mango, y aunque David mi hermano estuviera esperando que me moviera de ahí para disfrutar ese sillón tan cotizado, aún así me levantaba por el agua de piña y cedía el trono.

-       --- Piña para la niña. – La traía y me servía.

Era tanta la felicidad que no me fijaba en ese espesor en la parte de arriba por no colarla bien. Y digamos que un agua que parece licuado no quita la sed. Pero ¿Era yo capaz de interrumpir semejante escena? Mi mamá se iba, y sigilosamente yo echaba otra vez el vaso a la jarra y me volvía a servir “revueltito”.

Ayer pensaba en eso cuando mi terapeuta y yo platicábamos sobre un tema muy interesante: mi vida. Dejé que tomara la palabra (como nunca lo hago) y lo escuché un poco porque estaba cansada de escucharme tanto a mí. Pura boruca traía en la mente. Entonces, mientras me decía lo que necesitaba escuchar para arrancar el tema, me hizo una pregunta que me remontó a mi añorada agua de piña:

Lucía... – comenzó - si nuestra vida se sometiera a una coladera para dejarla más líquida… ¿Qué encontraría en la coladera que ya no quieres? ¿Qué cosas quieres sacar de tu vida para que el agua te sepa mejor? ¿Qué está estorbando?

Casi nunca me quedo sin habla pero vaya que no supe contestar. De pronto a veces quería que todo se quedara en la coladera y quedarme con el agua pura y volver a empezar o de pronto sabía perfectamente las cosas que estaban “entrometiéndose” en mi camino por causa mía. A final de cuentas en esta agua de piña la única cocinera había sido yo y la única que podía colar las cosas era esta chefcita que se aferra a no seguir recetas.

¿Qué precio he pagado para llegar hasta aquí? ¿De qué herramientas me valí en su momento y hoy son sólo muletillas? ¿De qué me falta soltarme para ser más pura? ¿Qué cosas hacen que no pueda tragar el agua de piña de mi vida y me sepa a licuado? ¿Cómo identificar lo que sobra en este capítulo sólo mío? ¿Cuántos intentos tenemos antes de servir el agua en la mesa y darla por lista?

Dios, son tantas y tantas cosas… que no supe qué decirle…

-     ----   Creo que me quitaría algunas máscaras. – Comencé a hablar.
-     ---- ¿Qué máscaras?
-     ----  No sé, tal vez a veces uno se mete tanto en un rol porque lo sabe funcional y de pronto la vida se vuelve un libreto que seguir más que una vida libre.

-       Y tal vez quitaría uno o dos miedos… porque hoy ya no me dan miedo ciertas cosas como el qué dirán o que alguien quiera irse de mi vida. He llegado a pensar que no voy a pasar mi vida intentando no perder a nadie. Creo de algún modo que las personas se irán si quieren o se quedarán si les apetece pero en este banquete, más que preocuparme por con quién me voy a sentar al lado, intentaré reconocer que mi personalidad no está en "venta" para recibir algo de aceptación, de reconocimiento, de deseo. Ser como me imagino ser y no como tengo que ser para no estar sola... esa es mi nueva filosofía. 

Que si el amor de pareja, que si el alma gemela, que si el chango del zoológico, estoy cansada – Le dije – estoy cansada de preocuparme por ser una persona adecuada y quiero ser yo, sólo yo, con quien quiera o no quiera estar conmigo. No puedo moldearme más porque ya me moldee hasta perder mi figura y no puedo someter a tanto cambio lo que nació para ser natural.

Y aquí empieza el problema, creemos que, por ser naturales y un poco más “salvajes” que “domados”, nos quedaremos solos. Es por eso que este mundo está tan mimetizado, y entiendo el miedo y entiendo el comportamiento… pero, Dios, si asumimos que siendo más naturales nos aceptarán menos entonces la primera persona que no se está aceptando somos nosotros mismos.

Y esa creencia quiero sacar de mi coladera. Tengo la esperanza de encontrar belleza natural dentro de tanto enjambre de comportamientos adoptados para sobrevivir en el mundo. Y tengo la certeza de que a pesar de que una persona así se salga de los parámetros o estándares de una sociedad… mientras exista una posibilidad de existir a mi manera, la disfrutaré como se disfruta un agua de piña bien colada, sin enjambres, sin el olvido de la pureza de la persona misma.

Y en este andar llevo la promesa de no estar sola, porque creo que en el camino que habré elegido existan muchas más personas que quieren ser su forma y no tan moldeados que ya no se reconocen. Espero y confío en que este camino me traerá incluso más compañía que soledad, porque no hay soledad más grande que la de ni siquiera voltearse a ver a uno mismo y quererse al natural. Así que de entrada ya ganamos.

Por lo tanto... intentaré recuperar mi forma natural entre tanta mutación que viví para estar viva, para pestañear... no me quejo de toda la metamorfosis que sufrí para ser aceptada en un mundo donde la primera persona en aceptarse debía ser uno mismo. Al contrario, agradezco las bocas que besé para encontrar la mía y los trenes a los que me subí aunque ese destino no tenía que ver nada con mi ideología de vida... todo lo que aprendí lo agradezco, lo agradezco y de algunas cosas me despido...

En este viaje de la vida parece que salimos por el mundo buscando regresar a casa... a lo que sí es. A lo puro... parece que vivimos una serie de acontecimientos impactantes, viajes inolvidables, besos de novela y días de película para darnos cuenta que lo que más vale en esta vida es la simpleza del ser con lo que sea que sea y no que tenga.


Ve este video, gracias Ginamito por compartírmelo... se trata un poco de lo que hablamos, no necesitamos intentar fuertemente ser aceptados, sólo estar naturales.







viernes, 18 de julio de 2014

10 CÓMODO O A GUSTO









Este CÓMO AMANECÍ es un mensaje para ti... encerradito en una botella... listo, ya lo tienes... ¡Ábrelo al final dice que te quiero!

*lo abres:


Tu vida, lo que haces, como te gastas tus horas en la oficina… ¿Estás cómodo o estás a gusto? Tus relaciones, tu pareja, tu vida sentimental ¿Estás cómodo o estás a gusto? Tú mismo, adentro, tu corazoncito, tus recuerdos… ¿Estás cómodo o estás a gusto? Porque no es lo mismo estar cómodo que a gusto. Cómodo sería que es algo que dominas y no te causa estrés pero a gusto significa que estás conforme y satisfecho.

Amanecí pensando en eso. En que si en general en mi vida estaba cómoda o a gusto. Y es que no quiero darme el lujo de existir “cómoda”.
 


¿Qué pasa si hacemos consciente de que estamos cómodos pero no a gusto? Aquí entra otra frase que siempre les digo a mis amigas “Quieres el premio pero no quieres pagar el precio…” Cuando me dicen “es que quiero ponerme buenísima” y a los dos minutos pedimos unos chilaquiles con chipotle y doble salsa… les digo “queremos el premio pero no pagamos el precio así que no nos sorprenda que no nos suceda…”

Igual con la vida, los que viven cómodos seguramente no la pasan mal, pero los que hacemos consciencia de que no estamos a gusto comenzaremos una revolución que muchos cómodos dirán que no vale la pena.


Removeremos las capas tectónicas e incómodo nuestro mundo temblará, algunas relaciones terminarán, algunas decisiones fuertes nos debilitarán, pero los que quieren luchar por estar a gusto seguirán caminando. 

Todo comienza con un flashazo de consciencia, donde “ya no podemos hacernos guey porque ya identificamos la situación” Después sigue la toma de decisión: ¿Qué voy a hacer con esto que sé?
 

Eso depende de ti. Pero yo te digo con la mano en el corazón que vale la pena. Hace meses se removió todo mi mundo y se me presentaron a la mente las ganas de quedarme en cama sin hacer nada o pensar que nunca voy a volver a ser tan feliz… Y con la poca o mucha experiencia que poseo te digo con la ternura más grande que pueda decirte que no estamos “tan” solos… aquí tienes a una guera que todos los días grita al mundo que hay que estar a gusto y no sólo cómodos…


La magia es para aquellos que deciden pagar el precio para obtener el premio… Listo, ya lo dije. Y aunque suene extraño, te quiero… sí, tú que lees esto seguramente pensarás ¿Cómo que me quiere? Pues bueno, en el sentido figurado nos hemos acompañado mucho o poco en el camino, yo seguiré mandándote mensajes en una botella que llaman “feis” y se escribe “Face” y la inventó un … ay ya! Ese es otro tema. Pero espero que te haya llegado este mensaje porque creo en las coincidencias… creo en que somos muchas partecitas de un todo intentando ser felices…

¿Tú cómo amaneciste?

jueves, 17 de julio de 2014

09 VIDA DENTRO DE TI





Me dolía tanto la panza en la noche que me dormí y por tenerla tan recargada soñé que estaba embarazada, sobaba mi pancita feliz, ni sabía quién era el papá en mi sueño ni sabía absolutamente nada más además del hecho de que tenía vida dentro de mí. Sentí hermoso... hasta que al levantarme por el dolor a las cuatro de la mañana me desilusioné. Sobé la panza y en esa hora donde sigues pseudodormida sólo pude pensar en que era una lástima haber despertado, que aunque no tuviera sentido, estaba feliz de estar embarazada. 




Hace poco viví algo que tiene que ver con eso, haciendo meditación cerré mis ojos y nunca sabes lo que va a pasar, sólo tratas de concentrarte y estar en silencio un rato – mi mamá diría “apaciguarse” - y en ese silencio descubres todos los mensajes que tiene el cosmos, la vida, un árbol, para ti.

Esa vez empecé a pensar en mi vida de escritora, el caminito que llevaba recorrido y entonces se me vino la frase principal que engloba las páginas de mi libro: Me enamoré de la vida y no sé si decirle que la amo o esperar a que ella lo haga primero. Es cierto, respiré y sentí la naturaleza el bosque y esas cosas que Blancanieves entiende muy bien…

Resulta que estaba intentando trabajar en analizar mi autoestima esos días. El amor propio tiene que existir en todo su esplendor si pretendemos conectarnos con los demás seres humanos y al parecer yo andaba volando bajo en ese departamento. Para mí autoestima es amarte y el otro día –hace muchos años - pensé que si era amarse entonces tenía que amar todos los días vividos, el dolor y esas cosas más grises que rosas que conforman mi vida entera, porque no me gusta amarme a medias. 

Entonces entendí que si quería amar-me tenía que perdonar y llevarme bien con todos los días de mi vida lo cual no había pasado todavía… o creo que estoy en proceso.

Entonces con ojo cerrado una voz me habló, no sé si fue mi imaginación, mi subconsciente que piensa y se libera en esos momentos donde estás concentrada o si fue una voz del más allá pero me decía esto: 

“¿Cómo pretendes amar la vida si no amas la vida que hay dentro de ti?”

Mi corazón empezó a latir muy rápido y sentí todos sus bombeos, los pulmones tomaban mucho aire y se chiveaban de la atención que ahora les ponía, se sentían dos niñas pequeñas en una exhibición de ballet y su mamá les aplaudía. ¡LE APLAUDÍ A TODO MI CUERPO!

Entonces reconocí la vida que había dentro de mí. Me acepté como ser vivo que merece ser tratado con el respeto que trataba a los demás… muchas veces es extraño pero soy más ojete conmigo que con alguien más en la misma situación que yo porque me vuelvo un soldado exigente que sólo se dedica a recalcar lo que hago mal.

Reconociendo vida dentro de mí me hizo poner las manos en la panza en media meditación, no me importaba si mis compañeras tenían los ojos abiertitos, estaba yo metida en mi momento donde sin estar embarazada descubrí vida dentro de mí.

Si todos los días nos levantáramos con esa consciencia de sabernos enteramente vivos y aplaudiéndole a las piernas, a nuestras uñas, a nuestros riñones por haber despertado, te diría que sólo falta que la voluntad tome posesión de todos esos órganos que se levantaron para hacerte feliz y que les ayudes a cumplir su misión…

¿Tú cómo amaneciste?

miércoles, 16 de julio de 2014

08 TOMA EL VOLANTE


En la carrera de la vida eres el único 
conductor responsable de llegar a tu destino.




Amanecí medio raro pero siempre que escribo creo que de algún modo entienden mis cantinfleadas... jajaja los quiero. ¡Gueros días! 

No sé por qué hace mucho me quedé a dormir a casa de una amiga y tuve un momento de esos de mega contentismo en que te sientes plenamente feliz manejando por López Mateos rumbo a mi casa e hice un escrito al respecto que está en mi libro. 


Habla de cuando mi papá me llevaba a la escuela, él elegía el camino, la hora, si pasarse la preventiva o no. Era delicioso yo podía estar dormida y sabía con certeza que estaría en la puerta del Ciencias en cualquier momento.




Es riesgoso tomar el volante, decía en el escrito, pero ahora que estoy "drandota" yo sé si meter primera o segunda y si dar a la derecha o al a izquierda. Y ¿les digo algo? Eso es encantador para los que asumimos las responsabilidades, porque somos dueños de nuestra pequeña carretera... aunque ¿les digo otra cosa?  Eso nos lleva a una palabra de telenovela que muchas veces no le damos importancia pero la vivimos día a día: Los reproches.

Hace poco estaba preocupándome por alguien y su situación. Dejé de hacer algunas cosas y me limité a ciertas otras y cuando no obtuve lo que quería (que esa persona reaccionara) le reproché lo que había hecho por ella. Y me enojé.

Con el novio o novia pasa igual: “Dejé de ir a este lugar o a aquel otro evento por ti…” “Me quedé contigo, decidí acompañarte y ¿Con esto me pagas?” Esos son reproches. Nosotros somos responsables de nuestro coche pero si dejamos de hacer algo nuestro por ayudar a alguien más, no podemos esperar nada a cambio. Desgraciadamente jaja.

Por lo que amanecí escuchándome más e intentando saber qué es lo que yo quiero. A dónde quiero manejar y por donde conducir mi vida sin dejarme influenciar por nadie. Y si decido detenerme por alguien no puedo reprocharle que después no lo haga por mí. En esta vida cada quién somos responsables de nuestro carrito y nuestro rumbo.

Entendiendo esto dejé de estar enojada. Me di cuenta de que si alguien se va por otro rumbo no puedes retenerla y tampoco reprocharle que se haya ido “pos oye si te traté bien” eso no es excusa para retener a nadie.

Somos yo y mi coche. Dam! Mi papá podrá contarme un poco de su viaje, o podré subir a alguna amiga de repente a darle un aventón pero lo que pase en mi vida, lo que pase en tu vida, es la manera en la que decidimos manejarla.

Las personas que nos rodean no son responsables de nuestro camino. Amanecí sabiéndome así de sola pero está bien. En cuestión de la vida, aunque estemos rodeados de personas, los únicos conductores somos nosotros. Pero eso ya lo dije muchas veces en estos párrafos. ¿Qué nos queda? Aprender a hacer tompitos, frenar en las curvas, comprar un GPS o disfrutar manejar sin tanto rumbo marcado…

Al final, cuando menos te das cuenta, encontrarás personas en el mismo rumbo que el tuyo y con el mismo destino, lo que hace que bajes la ventana y saludes y digas “no estaba tan loco por elegir irme por aquí…” 

Porque al final creo que si quieres llegar a encontrar a una persona con la cual compartir tu vida, creo que será así, coincidiendo en el rumbo… dando vuelta en el mismo lugar sin querer queriendo… y riéndose de estarse topando en cada alto. Eso es más efectivo que perseguir a alguien en el coche, acelerarle y desgastarte por ir a su paso sin saber dónde dará la vuelta y no poder ni disfrutar el panorama por estarlo siguiendo y luego reprocharle todo. ¿Me dí a entender?

Maneja, no tengas miedo de no encontrarte a alguien en el camino, tengo dos teorías, que te quedes solo por tus caminos tan llenos de ti y de nadie más o una mejor, que te rías de darte cuenta que no eres el único que tiene ese mismo rumbo y conocer amistades nuevas en el mismo panorama que tú ves la vida. Y es que pasa que desaceleramos o nos vamos por las avenidas principales por miedo a estar solos... pero lo único que vale en este andar, es que llegues a tu destno y cada quién tiene el propio... por lo que no puedes llegar siguiendo a nadie.

y Tú ¿Cómo amaneciste?

martes, 15 de julio de 2014

07 EXAMEN PERSONAL



De los millones de sentimientos que existen ¿Cuántos habré experimentado? 




Me desperté pensando en eso, la lluvia me recordó mis tres días en París, pero también los días en que llovía y mi hermano David y yo salíamos a la calle con una bolsa de basura como impermeable. Y también el día de mi primera cita oficial en toda mi vida, aquel niño había pasado por mí y llovía y en Av. Américas aceleró y el agua por los lados formó como una pasarela de H20. Ah… que lindo fue.



Pero en cuanto a la pregunta:

¿De las millones de maneras en las que puede sentirse un ser humano cuántas habremos experimentado y cuántas nos faltan por experimentar?

¿Cuáles necesitamos vivir para vacunarnos contra ciertas cosas? Porque claro, habiendo protagonizado un número de experiencias determinadas estoy segura que por ejemplo la próxima vez que te enfrentaras a alguna situación parecida no dolería tanto o sabrías que hacer.

¿Es necesario sentirse humillada para recobrar la dignidad y cuidarla mejor? ¿Qué lecciones de vida es preciso pasar para que el aprendizaje me convierta en quien quiero ser? Realmente no lo sé y pienso en todo esto porque en mis primeros días de los 365 que se juntan para otro cumpleaños recapacitaba en que tengo bastantes recuerdos, por lo que la lluvia de hoy podría transportarme a mil ochocientas cincuenta y tres infinitas posibilidades de paisajes donde la lluvia y yo nos encontramos.

¿Lo que debí de haber dejado lo he dejado ya? ¿Ese mensaje que todos los días me llega lo habré escuchado ya? ¿De quién me debí de haber acercado me he acercado ya? ¿De verdad habré sentido el amor o fue el principio de una emoción todavía más grande? Todavía más puro… ¿Qué habré conocido ya que no debo de soltar?
 

En el menú de la vida ¿Qué ordenar? ¿Qué quiero yo para mí? Después de todo será mi platillo, el de nadie más. Y los días van a llover para todos pero donde y con quien estemos será diferente y será nuestra decisión…

El cosmos actúa pero nosotros decidimos cómo abrazarlo. Y dentro de nosotros mismos sabemos si estamos realmente en el lugar que debemos estar o estamos en el lugar que no nos cuesta trabajo estar: La zona de confort.

Lo siento que insita en esto pero es que todas esas preguntas que se me vienen a la cabeza y sobre todo ahora que acabo de cumplir años es una forma de rectificar si estoy en el lugar correcto, en la oficina correcta, en la cama correcta, con las personas correctas… aunque sienta una certeza dentro de mí me gusta cuestionármelo y “zarandearme” si es posible todos los días para no entrar en esa zona de confort donde nos convertimos en seres inertes.
 

Por eso amanecí así, pensando en la lluvia y no pude ser indiferente ante las preguntas que también cayeron a mi cabeza como las gotas. Pum llegaba una, pum llegaba otra… me las contestaba otras no… así es esto. No está de más hacer un examen personal y contestarnos ¿Aquí es donde yo soy la mejor yo? ¿Aquí es donde podría permanecer? ¿Estoy con la persona que debo estar?

Y es que como nada ni nadie nos presionan para que nos orillemos como ratoncitos mientras una señora de tubos nos apunta con una escoba… no nos presionamos y dejamos que la vida siga.
 

Probablemente la persona con la que estamos no nos incomoda… pero ¿Estamos a gusto? Probablemente el trabajo que hacemos no nos estresa… ¿Pero nos reta? Creo que hoy me pasó una auto misión de no esperar a que pase algo en la vida que me obligue a pensar todo esto sino de verdad ponerme sola en la orilla de la cocina como un ratón y ver mi vida encima de mí en forma de señora con tubos.

Con voz de valiente grité en seguida que hay muchas cosas que no sé pero de lo que estoy segura es de que “Im on my way” ¿A dónde voy? Tampoco lo sé exactamente pero dentro de mí tengo ese sentimiento de “Im on my way” y es mi única certeza, bueno tengo otra: también estoy con las personas indicadas.

Si a caso te sientes así: ¡Chócalas! Si a caso hay algo que tienes que cambiar o una decisión fuerte que tomar, ¡no te tardes!… que detrás de todos esos miedos que habitan en ti, creo que siempre tus pasiones y el coraje de ser más “tú” te espera a la vuelta de esa decisión que no has tomado.
 

Porque aunque lo que más de miedo sea quedarse sin nada porque lo que tienes no lo quieres lo suficiente, lo mejor que te puede pasar cuando no estás en el camino correcto es quedarte con las manos vacías, porque si no están así ¿cómo podrán abrirse para recibir lo que viene o tomar otra mano?

En fin, a veces me gustaría decirle a mi cerebro que deje de filosofar a todas horas pero es Lucíamente imposible. Sería menos yo. Así que mejor canalizo todas estas preguntas contigo y nos hacemos bolas juntos mientras te pregunto ¿Tú cómo amaneciste?

lunes, 14 de julio de 2014

06 LOS CAMBIOS


Hoy en el maratón del #ComoAmaneci "LOS CAMBIOS"


¿Qué tan accesibles somos con la vida para aceptar sus maravillosos cambios?


Ayer me preguntaron que si era feliz. Contesté que sí, casi siempre contesto que sí pero pensé en algo que no había pensado antes:

He sido feliz la mayoría del tiempo de mi vida, la diferencia es que lo que antes me hace feliz ahora no. La felicidad que requiero hoy es más pura y sencilla, no necesita otras cosas que antes eran básicas pues ahora se han vuelto nimiedades. 



Lo que tuve ayer ho
y no me haría feliz pero me hizo feliz y eso pasa porque evolucionamos.

Todo en esta vida es un constante cambio y nosotros y nuestra capacidad para encariñarnos de todo nos convierte en unos seres nostálgicos que todos los días lloran por algo que se les perdió. 

Pero si vemos la vida como una historia donde personajes entran y salen y mientras eso pasa el personaje principal quiere cosas diferentes, crece, madura y lo que antes le hacía feliz ahora es algo banal. Tal vez tengamos un panorama diferente.

Es bonito poder dejar ir cada día… Es lindo descubrir nuevos “hola” entre cada “adiós”. Sobre todo ahorita, en la etapa que estoy viviendo, siento que hay muchos cambios porque estoy en pos de organizar mi pequeñita “eternidad”… construyendo con lo que me quiero quedar y lo que nunca querré de nuevo, distinguiendo los personajes “eternos” y los pasajeros. Y las cualidades que defenderé contra todo para que no me cambien y las actitudes que tendré que dejar ir.

Como las olas del mar, cada que algo llega se lleva algo y trae nuevas cosas.

La pregunta es ¿Qué tan accesibles somos con la vida para aceptar sus maravillosos cambios?

Creo que dependiendo de tu respuesta es la capacidad para asombrarte de las cosas nuevas y no quedarte estancada en querer que nuevamente sea lo que ya no fue.

Respetar el orden de la vida es poner en su lugar al pasado, tener al futuro como un regalo que todavía no puedes abrir y oler y palpar el presente con toda esa bomba de sentimientos que hoy te regala. Si te concentras en el hoy y en el ahora, pasará algo que creo me pasó a mí:

Últimamente he disfrutado y vivido intensamente entonces cuando algo se va, aunque me haya gustado y lo quería para más tiempo, me despido con la seguridad de que viene algo, no mejor, no peor, más bien lo que te generará nuevas sonrisas. Como dice Juanga "no te aferres", y pasa que, si te atreves a disfrutar con todo tu poder lo que tienes en el presente y das todo lo que hay en ti para que la vivencia sea padre, cuando se va, suena irónico, pero no duele que si te quedas con un montón de "hubieras" en tu cajuela espiritual. ¿Crees en las nuevas sonrisas y vives añorando e idealizando el pasado?

Es muy importante no ser inconscientes ante el hoy y el ahora y tomar en cuenta que todo lo que tenemos algún día se irá, por mi parte, al saber que casi nada es completamente eterno, me gusta escribir, me gusta saborear los recuerdos y como hoy, sorprenderme de que los cambios que han pasado en mi vida, TODOS, han sido para bien. 

En la vida la única constante son los cambios y en cada segundo estamos escribiendo nuestra historia y en eso amanecí pensando...

¿Tú cómo amaneciste?