En este mes cumplo mi primer año de haber publicado mi primer libro "Lucía la de Flor" y con el corazón en la manita y casi chillando les quiero platicar un secreto:
¿Listos?
¡TERMINÉ MI SEGUNDO LIBRO!
¡Estoy como loca! (no se han dado
cuenta porque lo he disimulado muy bien pero realmente me saca canas verdes ¡Y
MORADAS! ¡Y ROJAS!)… quería que estuviera todo para venderlo en navidad y creo
que todavía no se va a poder… el título, la portada, la edición, el capital,
los detalles, más detalles, volver a leerlo, la dedicatoria, el capital… ¡PERO
NO ME AGUANTABA LAS GANAS DE GRITARLO!
Yo
creo en el poder de los pensamientos y los buenos deseos, así que tal vez lo
estoy compartiendo porque siento una necesidad de que me manden buenas vibras y
deseos y se pueda hacer. Creo en él. Creo en mí y en mi libro y este fin de
semana que me la pasé releyéndolo de verdad y no es soberbia ni por presumir,
pero hay unas frases hermosas, unos párrafos que debería guardar para siempre y
dentro de esta niña asustada que a veces soy, sí hay seguridad plasmada en las
letras y me hace creer en ella como si no fuera yo.
Tengo
un nudo en la garganta de querer compartirles el camino que me llevó a
terminarlo, de qué se trata, con qué se come, jaja. Es impresionante el modo en
el que ahora veo las cosas, la calidad de calor que hay en mi alma y las ganas
de creer en mí que en mi primer libro no tuve.
Hoy,
después de muchos años, estoy segura de lo que soy, de lo que quiero y de lo
que hago. De lo que siento, de lo que no quiero, de lo que comparto y de lo que
no comparto. De lo que me mueve, de lo que me hace vibrar, de los besos que di
y de los que no he dado y voy a dar…
Más
hojas en mi historia se llenan en un segundo capítulo que quiere dar a luz como
embarazada pero sigue en mi pancita en su proceso de gestación y en todo este
embrollo ni nombre le he dado… y tampoco he escrito a quién se lo dedico pero sin
escribir la dedicatoria aún puedo decirles que en primera instancia, agradezco
a mis papás. A mi mamá que ya sabe que la tengo en un pedestal, pero a mi papá
también, soy Lucía la de Flor y Javier, y esa fuerza incansable que encuentro
en mi papá y he heredado, es la fuerza que me ha mantenido de pie cuando en
este año cuando ha sido uno de los años donde he tenido más miedo (por no decir
pánico en extremo) de haber “saltado un poco al mini estrellato de escribidora”
y darme a conocer, eso me causó mucho pánico que nadie se dio cuenta tampoco
pero fue algo difícil y diferente para mí…
La fuerza de mi papá también me
mantuvo de pie cuando tuve el corazón roto una tarde de lo menos esperada del mundo.
¿Por qué? Porque la fuerza de mi papá vive dentro de mí y es la que me hace
seguir adelante con esta pasión por compartirme. Así que los créditos son de él.
De
ahí en más agradezco a todos los que me leen en las mañanas, en las tardes, en
las noches… los que me leen en voz alta con alguien, las niñas que platican de
lo que escribí en cafecitos o mis amigas íntimas que me escuchan dos, tres,
cuatro horas sobre mis sueños y no se burlan. Tú sabes quién - todas mis amigas – eres. Ja, me
dieron ganas de llorar.
En
fin, no sabía si contarles pero ya lo dije. ¿Es malo contar un sueño cuando
todavía no está materializado? Yo me la juego a pensar que sus pensamientos
positivos hacia mí me harán completar mi tarea. Tal vez no en el tiempo que
imaginé, pero cuando haces todo y por ti no queda, el universo elige la fecha.
Estoy haciendo todo lo que está en mis manos y bolsillo. Jaja.
Tal
vez me falta la parte en la que tú lo supieras y te aventaras un deseo al
universo de que se le cumpla su caprichito a esta guera que no quiere dejar de
escribir.
Sin
más por el momento les agradezco el cariño que de antemano ya siento y con esta
alegría de no sentirme menos ante la abundancia (porque en el primer libro no
hice mas que sentirme chiquita e insegura ante el sueño, como si el sueño mismo
fuera más grande que yo) ahora les digo que estoy serena, segura y sobre todo,
de pie, gracias a la fuerza de mi papá, que mal que bien se quedó con diez
hijos para educar y lo hizo muy bien. ¡Gracias papá!
Aprendí
en este año a perderle el miedo a la abundancia, porque el universo quiere que
nos realicemos, que la pasemos bomba, que aunque esté volviéndome loca con todo
lo que un sueño conlleva, ESTOY HACIENDO ALGO POR LO QUE PODRÍA MORIR:
ESCRIBIR.
En
mi primer libro le declaré mi amor a la vida, en el segundo les digo que este
amor es para siempre.
No
tengo nombre, no tengo número exacto de páginas, no tengo la introducción o la
portada… pero está gestándose, como todo… cuando le pones todos los kilos… no
tarda, les aviso. GRACIAS.
Y
a mi libro le digo: lo siento, perdón, te amo, gracias… esperando que todo salga
como está destinado a salir.