viernes, 7 de agosto de 2009

¡QUIMPORTAAA! Dedicado a Nicole.

Hoy me siento viejita en mecedora. Me mezco, me río, me vuelvo a mecer… me acuerdo la vez que me salí de clases, cuando metí vodka a la escuela en un frutsi o mi famosa huelga de quinto de primaria.

Vendí collares al triple, me robe unas puntas de trompo de acero de tres pesos con cincuenta centavos en el oxxo de Rubén Darío frente a mi hermanito que me veía con cara de “no lo puedo creer” y saqué acordeón en el examen enterito del Himno Nacional.

Me mezco con cára de culpable y no puedo evitar reír. Hoy me siento así, arrugada de cositas malas que ¡Me dan risa! El huevazo en la puerta del vecino, meter hormiguitas en un bote de lejaim con cloro, abrir una rana par a ver que tiene dentro y echarle agua hirviendo a un ratón.

Hacer trampa en el “de tin marín” para que a fuerza le toque a tu primo chiquito y decirle a tu mamá que ya acabaste la tarea.

Me sigo meciendo, la culpabilidad aumenta, la risa también… el cambio que agarré de las tablitas de mi papá, los libros que inventé que tenía que comprar para que me alcanzara la blusa de Zara, la aspirina que le di a David inventándole que era un dulcecito y los chiles piquines que envolvía en pan Bimbo para que se los comiera Lucas.

Me mezco, me río, me río, me mezco… y entre más culpable, más risa.